Millennium: conferencia “Tradición y Ortodoxia”

Millennium: conferencia “Tradición y Ortodoxia”

El viernes, 26 de octubre, en Turín, se celebró la Conferencia “Tradición y Ortodoxia”, organizado por la asociación cultural y política Millennium, en las instalaciones del Centro Culturale Italo-árabe Dar al-Hikma de la Via Fiocchetto 15. La Conferencia, precedida y seguida de momentos de convivencia, de discusión y debate entre los participantes, contó con la presencia de oradores de reconocido prestigio internacional y fue moderada por Alberto Lodi, de la Universidad de Pavía. Hubo una discreta participación del público, especialmente por parte de los miembros de la comunidad religiosa islámica.

La primera intervención (“Tradición y posmodernidad”) ha sido confiada a uno de los más influyentes filósofos contemporáneos rusos, el Profesor Aleksandr Dugin, docente de la Universidad Nacional de Kazajstán “Lev Gumilev” y principal exponente del eurasiatismo. Refiriéndose al pensamiento tradicionalista, habló sobre el papel de la Tradición religiosa y espiritual como línea de resistencia contra la modernidad. Esta última habría pasado ahora su etapa rígida, materialista y atea – llamada con el término alquímico “coagulación” – y estaría ahora en la fase líquida, disolutiva y libertaria – la «solución», en términos alquímicos – es decir, el llamado período posmoderno. En este momento se asiste a un despertar religioso, cuya apertura con frecuencia no es hacia arriba, hacia lo divino, sino hacia abajo y hacia las fuerzas ínferas. Por lo tanto es necesario el discernimiento de los espíritus, para saber cómo distinguir entre las formas tradicionales de religiosidad, y aquello que las deteriora y lo diabólico.

Posteriormente, tomó la palabra Orazio Maria Gnerre, Presidente de Millennium y Jefe de redacción de “Nomos. Boletín de estudio y análisis“. Su ponencia “La oportunidad multipolar”, de temática geopolítica, ha querido poner de relieve el papel real y potencial de las religiones tradicionales como un factor de movilización popular y a nivel nacional, en el contexto de un mundo multipolar. Es decir, del hecho de que los bloques de poder emergentes (vinculados a la fuerza regional de Rusia, China, Brasil, India), necesitan de una fuerte caracterización, incluso religiosa, con el fin de hacer frente al unipolarismo del imperialismo estadounidense. Por otro lado, así como el mismo imperialismo americano tiene un fuerte componente mesiánico, al mismo tiempo hay un fuerte redescubrimiento de la identidad comunitaria religiosa en países como Rusia y China. Religión y geopolítica son por lo tanto dos elementos que se entrelazan. También, en un contexto similar, las relaciones positivas entre las religiones pueden convertirse en relaciones positivas entre los bloques culturales continentales, a través del diálogo de civilizaciones y promover un equilibrio geopolítico mundial.


La tercera ponencia, por parte del Sheij Abd al-Wahid Pallavicini, maestro sufí y Guía de la Comunidad Religiosa Islámica, trató el tema “Por un acuerdo entre las ortodoxias”. La perspectiva expuesta por el Sheij se inscribe en el ámbito del sufismo, corriente esotérica islámica de matriz neoplatónica, fundada sobre el conocimiento místico de Dios por parte de los fieles. Este enfoque tendría el mérito de superar las diferencias exotéricas y dogmáticas que normalmente existen entre las religiones, y el permitir llegar a una más íntima proximidad entre las distintas confesiones. Naturalemente, esto no disminuye en nada la importancia de las religiones, en el plano exotérico, para conducir al hombre a la salvación. Más bien, el fin del sufismo islámico, así como del hesicasmo ortodoxo y de otras formas, cristianas o no, de ascetismo y misticismo, es conducir al hombre a una cercanía íntima con Dios.

Por último, el Doctor Andrea Virga, de la Universidad de Pisa, representante de Millennium para el Piamonte y redactor de filosofía y teología para “Nomos. Boletín de estudio y análisis”, ha tratado el tema “Cristianismo integral y reconciliación”. Después de un excurso histórico eclesiástico, esbozó de una manera sintética pero exhaustiva las principales diferencias eclesiales y teológicas entre el catolicismo y la ortodoxia, sin descuidar aquellos puntos dolorosos todavía abiertos (como el uniatismo). Por último, expresó algunas consideraciones personales sobre cómo superar estas divisiones, que a su vez se hacen eco de las profundas diferencias entre Oriente y Occidente.

Luego el Prof. Dugin volvió sobre el tema de las relaciones interreligiosas entre el catolicismo y la ortodoxia, mostrándose contrario al ecumenismo y favorable más bien a un diálogo lento y delicado, basado en el común redescubrimiento por parte de católicos y ortodoxos de la Patrística y del cristianismo tardo-antiguo. En particular, defendió la dimensión comunitaria de la ortodoxia, con su organización eclesial sinodal en lugar de monocrática, y lo pluralista, en la lengua litúrgica y en el culto, y también en la teología.

En general, tanto en su discurso como en el del Sheijh Pallavicini ha surgido, por un lado, la preocupación por las tendencias exclusivistas y universalistas del cristianismo moderno, comparable a similares fuerzas imperialistas y mundialistas del Occidente contemporáneo. Por otro lado, un fuerte respeto por las religiones, en contraposición a las degeneraciones modernistas y liberales, e incluso más para esas experiencias místicas y esotéricas encaminadas a acercar a diferentes credos. Se trata por tanto de una perspectiva que se distingue, sea del “diálogo” entendido ecuménicamente, sea del sincretismo, pero que, en el surco de la philosophia perennis, puede llevar a establecer una relación verdaderamente fructífera entre las religiones tradicionales, como se pide en el auténtico ecumenismo católico.

(Traducción de la Página Transversal)