Los ataques terroristas en París: una lección de enantiodromía

Los ataques terroristas en París: una lección de enantiodromía

La serie de ataques terroristas que tuvo lugar el viernes, 13 de noviembre de 2015, en París, puede ser, por muchas razones, un punto de referencia de un nuevo período de la historia europea moderna. Que sea o no así es una cuestión abierta, ya que todo depende de cómo sean interpretados estos acontecimientos por la sociedad francesa y europea, y qué conclusiones se saquen.

El desarrollo de los acontecimientos es bien conocido: en diferentes lugares de París un grupo bien organizado y coordinado de gente gritando la fórmula de oración islámica (Alá Akbar, etc.) comenzó a disparar contra los civiles que, sentados por la tarde en los bares y cafés, se preparaban para celebrar el fin de semana. Conjuntamente, terroristas suicidas atacaron con explosivos el estadio Stade de París cuando los equipos francés y alemán disputaban un partido de fútbol. Al mismo tiempo, un grupo de terroristas se precipitó sobre la sala de conciertos Bataclan durante un concierto recién comenzado de la banda estadounidense Eagles of Death Metal, y comenzó a disparar contra la multitud, tomando a todos como rehenes. Como resultado, unas doscientas personas fueron asesinadas y muchas más sufrieron diversas heridas. El Estado Islámico afirmó ser el responsable de los ataques terroristas.

Los detalles y las versiones de los acontecimientos se actualizan continuamente, pero es importante no sólo entender la distinciones, sino también descifrar su significado.

Sociedad del “Islam” del Espectáculo: Bienvenido a nuestro  Show del horror

La organización terrorista ISIS es diferente de otras tendencias del fundamentalismo islámico moderno, no sólo por el alcance de su actividad y el éxito en el control de un gran territorio de Irak y Siria, por las redes ramificadas en otros países islámicos y una coordinación eficaz, sino en primer lugar, por la grotesca disposición de acciones por lo general de naturaleza terrorista. Sus ejecuciones de rehenes siempre son llevadas a cabo por los miembros del ISIS como en una obra de teatro: la víctima lleva el uniforme naranja, los verdugos cortan la cabeza y se burlan del cuerpo delante de la cámara. Profesional trabajo de los operadores de cámara, iluminación realizada con precisión y escenas desgarradoras bien dirigidas superando las películas de Hollywood como Hostel o las prohibidos vídeos snuff, donde la violencia es real. Los cristianos son crucificados en público. Antiguos monumentos de incalculable valor de las culturas arcaicas del Medio Oriente, muy valiosos para toda la civilización, son destrozados sin piedad. Los homosexuales son lanzados desde los tejados y sus ejecuciones filmadas cuidadosamente. Las mujeres y las niñas capturadas son brutalmente violadas y convertidas en esclavas. A los niños de edades tempranas se les enseña a cortar la garganta de sus osos de peluche con un cuchillo. De nuevo, todo ello es filmado y publicado metódicamente en  Internet. Los altavoces del ISIS agregan en sus vídeos amenazas extremas directas a todos sus oponentes, prometiéndoles ser asesinados, violados, desmembrados, esclavizados, humillados y pisoteados, y ser convertidos en polvo. Todo está basado en las ideas islamistas clásicas de extrema persuasión salafista, pero la teología no parece en el ISIS como un aspecto principal: hay algo diferente al fundamentalismo islámico clásico; es la sociedad del Islam del espectáculo, un repugnante show snuff islamista. No más predicadores aburridos, furiosos teólogos salafistas, sólo el negro budócer de la industria del entretenimiento adoptando plenamente los modelos creados por la cultura moderna de Hollywood, con dominio del horror y del porno duro con todas las características de los reality shows.

Esto distingue el estilo ISIS. Es un tipo de posmodernismo; es el terrorismo fundamentalista posmoderno. Cuenta con más rasgos comunes con la cultura visual occidental que con las sociedades religiosas tradicionales a las que el ISIS pretende lanzar a la guerra. La religión es un instrumento al servicio de la política, y aún más del entretenimiento. El ISIS es ante todo espectáculo, espectáculo horrible. Parece que es lo que los países occidentales realmente esperaban.

Los recientes ataques terroristas en París han sido totalmente dispuestos de esta manera. El viernes 13 es un prejuicio común de la cultura occidental moderna; es considerada como una fecha siniestra, de mala suerte. Fabricado en la serie de televisión estadounidense acerca de un maníaco con una máscara de hockey, el viernes 13 se convirtió en un muy notorio presagio entre el público de masas, llegando incluso a dar nombre a un diagnóstico psiquiátrico específico cada vez más generalizado, la fobia a los viernes 13. Pero el viernes 13 es aterrador sólo para las personas occidentales: los estadounidenses y los europeos. En la cultura islámica no hay ninguna leyenda similar. No es sin un propósito que la fecha de los espectaculares ataques terroristas fuera escogida así, encaja perfectamente en la estrategia de la Sociedad del Espectáculo. ¿Quiere que le asustemos? Lo hacemos de verdad. Es la lógica de cualquier película de terror tratando de fingir más realidad. Es difícil imaginar algo más real que los terroristas cubriendo su cara, conduciendo por las calles de París el viernes 13, comenzando su frívolo fin de semana, disparando primero sobre los visitantes de cafés y bares. Es el maníaco de ficción Jason Voorhees el que ha llegado hasta ti, el hombre que se ahogó en el campamento de Crystal Lake. El maníaco ahogado que ha adoptado el salafismo.

¿Qué quiso decir el ISIS ? Lo mismo que en las grotescas acciones anteriores. Y ¿qué es exactamente? Lo mismo que quiere decir toda la Sociedad del Espectáculo: lo posmoderno no tiene ya más sentido, sólo hay sentimientos, y si la sociedad es provocada sólo por los sentimientos más fuertes, ásperos y radicales como el miedo a los animales, el terror a la muerte inminente, el caer repentino en una situación de máxima humillación e impotencia, etc., tanto peor para ella: no es nada personal, sólo es el mundo del espectáculo. ¿Sangriento? ¿Qué otra cosa hacer, si todos los sentimientos más suaves no conmueven a nadie?

¿Cómo se relacionan estas sangrientas relaciones públicas y perversas snuff con el Islam? Prácticamente de ninguna manera. El ataque terrorista en París no tiene ningún indicio de conflicto religioso o del choque de civilizaciones. El ISIS es tan Islam como Freddy Krueger o Jeepers Creeper. Es una pura fabricación de Hollywood con un estilo perfecto, un reality show de terror de nueva generación.

Enantiodromía [*] de Oriente Medio

La pesadilla parisiense, sin embargo, se inscribe en un marco geopolítico de referencia, ya que es un episodio de los acontecimientos que ocurren en el Medio Oriente. Hay un caos sangriento continuo, puesto en marcha con el apoyo de los Estados Unidos y Europa (incluida Francia) para derrocar a los regímenes establecidos de la última década. El derrocamiento y la guerra civil resultante, que formalmente llega bajo la consigna de la “profundización de la democracia” de acuerdo al plan norteamericano del Área de Medio Oriente, fue anunciado abiertamente por Condoleezza Rice, la secretaria de Estado estadounidense, en Tel Aviv en 2006. Comenzó con la primavera árabe de 2010 y continúa ahora. Durante estos procesos emprendidos por los norteamericanos, a veces acompañados de la invasión directa de las fuerzas de los EEUU o de la OTAN en el mundo árabe, comenzaron una serie de sangrientos conflictos políticos y religiosos en diferentes países: Irak, Libia, Yemen, Egipto, Bahrein, Siria, etc. En este complejo juego regional los Estados Unidos, sin embargo, no apostaron por las fuerzas democrático-liberales que ni siquiera existen en la región, sino por los fundamentalistas islámicos con los que la CIA y otras agencias de inteligencia de Estados Unidos (en particular, la DIA), habían estado trabajando estrechamente desde los tiempos de la Guerra Fría, cuando fueron utilizados para combatir los regímenes y partidos socialistas pro-soviéticos o nacionalistas seculares (tal y como el Partido Baaz que gobernaba antes del comienzo de los últimos acontecimientos en Irak, Libia y Siria, justo donde estallaron las sangrientas guerras). El fundamentalismo islámico tiene sus principales centros en Arabia Saudita y Qatar, donde los poderes dominantes son en general pro-estadounidenses, practicando una versión extrema (salafista) del Islam fundamentalista (sunita). Fuerzas similares son muy fuertes en Pakistán y Afganistán.

Washington, por lo tanto, utiliza el fundamentalismo islámico para sus propios intereses en la profundización de la democracia (que presenta graves contradicciones conceptuales, los cuales, sin embargo, en la era posmoderna se pueden ignorar) y hace a sus “socios” (vasallos) europeos, de voluntad débil (y a veces parece que de mente débil), actuar de la misma manera. Pero incluso con todas las inconsistencias lógicas de tal política, está claro que el propósito de los Estados Unidos no puede ser poner a la cabeza del mundo árabe e incluso de todo el mundo islámico a los islamistas radicales. Así que aquí tenemos un efecto del posmodernismo en la geopolítica del Medio Oriente: los norteamericanos, por un lado, apoyando y armando a los extremistas islámicos para que destruyan el sistema de gobierno existente, y por otra parte, demonizándolos activamente, representándolos como “las criaturas del diablo” y como una caricatura siniestra (algo como la Compañía de Relaciones Públicas ISIS). Tal estrategia puede ser llamada como “enantiodromía”, cuando simultáneamente dos procesos activos e intensivos de opuesta dirección se están agotando. La base y las herramientas de los Estados Unidos en el Medio Oriente son cosas que ellos describen como “el mal puro”.

Surge entonces la pregunta: ¿por qué se hace? ¿Cuál es el objetivo final de los Estados Unidos? Esto tiene el más importante sentido para los que han sufrido el ataque terrorista de París, o al menos para las pocas personas en Francia y en la Europa moderna que todavía tienen la capacidad de pensar racionalmente y con sensatez. Ahora están siendo asesinados despiada e implacablemente en su propio territorio. ¿Podemos preguntar por qué? ¿Cuál es la razón?

No hay una respuesta evidente. El análisis racional conduce inexorablemente a la conclusión de que Washington, usando persistente y consistentemente su propia enantiodromía geopolítica, no tiene ningún objetivo positivo. Los regímenes que fueron derrocados con el apoyo de los estadounidenses, no suponían ninguna amenaza para los Estados Unidos en general y solían estar más o menos de acuerdo con Washington. No había ninguna necesidad urgente de destruirlos de tal manera. Especialmente cuando la Siria de Assad o la Libia de Gadafi estaban mucho más cerca social y culturalmente y de forma valiosa a los Estados Unidos y a Europa que los extremistas salafistas. Un hecho debe ser reconocido: los Estados Unidos no tienen ningún objetivo positivo, y ya no son capaces de ofrecer nada a un mundo en el que siguen siendo el polo principal y el centro del poder; comienzan a exportar el caos, las masacres y la guerra civil como un objetivo en sí. Ellos no están interesados ​​en lo que sucederá en el futuro, sino en lo que está sucediendo ahora. Esto significa que están satisfechos con el proceso de enantiodromía, que no buscan superar la contradicción, sino que están dispuestos a agravarla, hacer del caos el entorno natural. Y en este entorno, siendo el normal, es posible marcar ciertos objetivos locales tácticos, objetivos, etc. Como los trotskistas enseñaban acerca de la “revolución permanente”, la estrategia moderna de Washington adoptó el concepto de “caos permanente”. No hay meta que ganar en la nueva guerra (a veces llamada “híbrida”). El proceso de proporcionarla es la meta.

La lucha de Estados Unidos contra el ISIS es lo mismo que luchar contra él y junto a él. Rusia todavía sigue ideas “anticuadas”: ya sea lo uno o lo otro, ya sea a favor o en contra. Eso explica la política rusa en Siria. Está ahí para derrotar a su enemigo. Moscú no entiende o no acepta la enantiodromía. Rusia está claramente retrasada en el posmodernismo, sin separarse de la lógica clásica, incluyendo la lógica de la guerra y de la política.

Europa, incluida Francia, se encuentra en una posición intermedia en la geopolítica del caos de los EEUU en Oriente Medio. Por un lado, Washington obliga a Europa a seguir su política (enantiodromía), por el contrario, el ejemplo de Rusia siguiendo los modelos más clásicos de la lógica, da que pensar y hace volver las mentes de los líderes europeos a las preguntas habituales de los objetivos, los medios, causa, efecto, el equilibrio de poder, los intereses y, por último, los valores.

El ataque terrorista en París el 13 de noviembre de 2015 es el momento de un fuerte agravamiento de las contradicciones. Los franceses se enfrentaron al desafío que supone no poder luchar bajo la enantiodromía atlántica existente, y al mismo tiempo, ni siquiera pueden describirla igualmente en términos de corrección política. Esto significa que el ataque no será el último. París no será capaz de responder por igual, porque no es capaz de entender esto igualmente, ni siquiera de describirlo igual.

Así, mandan las reglas del ISIS. Después de todo, nadie puede ni quiere detenerlo. Por lo tanto, esto continuará, la Sociedad del Espectáculo tiene su propia lógica, la lógica perversa del entretenimiento grotesco.

La política doméstica en Francia está tratando con la misma enantiodromía posmoderna que la geopolítica en el Medio Oriente. Sólo que esta vez esto también es una dimensión ideológica asociada a las ideas del liberalismo.

Las deliberadas acciones que los terroristas del ISIS cometieron en el ataque del viernes 13 en París, están conectadas en gran parte a la situación que se había formado en la sociedad francesa debido a la inmigración masiva, compuesta por gente de Oriente Medio y del Magreb (en su mayoría musulmanes), y ahora por “la novena ola” de refugiados abandonando rápidamente las zonas más sangrientas (Siria, Irak, Yemen, etc.). La campaña de relaciones públicas del ISIS añade más leña al fuego, ya que no todos los musulmanes encuentran algo bueno en la parodia de secta extremista, no es más que un asesino en serie, sin embargo todo el mundo conoce el hipnótico síndrome de Estocolmo, cuando los rehenes están sinceramente con los terroristas. Permitir a los inmigrantes entrar libremente en el territorio de Francia y encontrar allí sus enclaves sociales (a menudo sin tener nada que ver con el estilo de vida y los valores del francés nativo), requiere de la ideología del liberalismo, los “derechos humanos”, la “sociedad civil”, que es la dominante y la ideología oficial de la sociedad moderna, no menos que el comunismo lo era en la Unión Soviética. Así que mientras se mantenga el statu quo de la democracia liberal (al que nadie en toda Europa va a renunciar y ni siquiera pensará en hacerlo), el crecimiento de la inmigración y la expansión de los centros culturales del Islam están garantizados. Además de ello, los europeos nativos (especialmente los franceses), bajo el liberalismo dominante no tienen derecho a afirmar su propia identidad y a exigir el respeto de los valores europeos por parte de los inmigrantes (hoy en día eso es equivalente al “fascismo”), la asimilación de los inmigrantes en la sociedad europea simplemente se excluye desde el principio. La sociedad europea en términos de liberalismo tiene una identidad puramente negativa: la Europa moderna no quiere tener nada con la vieja Europa, el cristianismo, las naciones, los estados, el patriarcado, la moral tradicional, etc. En cambio, se declara “europeo” todo lo que más lo separa a sí mismo de sus raíces.

En un contexto que no sólo debilita sino que incluso prohíbe por razones ideológicas la identidad europea, la inmigración (principalmente islámica) se creará automáticamente su propio programa de políticas y valores religiosos. El programa no puede tener continuidad orgánica e histórica, porque el Islam llegó a la Europa moderna artificialmente y de diferentes regiones a menudo con muy diferentes tradiciones étnicas, culturales y religiosas. Así que los inmigrantes islámicos están casi condenados a organizar un sucedáneo de ideología no islámica, sino islamista; no tradicional, sino moderna e incluso posmoderna; no natural, sino artificial. Por lo tanto, con el predominio de la ideología liberal en Europa la Sociedad del Islam del espectáculo es prácticamente inevitable, y sólo puede hacerse más fuerte. Está garantizado: el número de inmigrantes no hará sino crecer, la identidad europea sólo se hará más débil, y el aumento del islamismo posmoderno se acelerará.

Los ataques de París eran simplemente imposibles sin el ya formado entorno islamista estable en Francia, financiado mucho antes de la actual ola de refugiados. Por supuesto, entre los refugiados podrían llegar al país activistas del ISIS, y es posible que ellos fueran participantes directos de los ataques. Pero el caldo de cultivo para ello se preparó mucho antes, sobre todo ideológicamente. El liberalismo, fomentando la inmigración (esto es dicho abiertamente por George Soros, uno de los más consistentes seguidores y practicantes del liberalismo) y borrando sistemáticamente la identidad europea (bajo el pretexto del “antifascismo”), ha creado todas las condiciones necesarias.

¿Es realista esperar que después de la masacre en París la situación cambiará? Para que esto ocurra, las autoridades francesas deberían reconsiderar seriamente su actitud frente a la ideología principal: solamente esto servirá de base para la regulación de la migración y la consolidación de lo francés. Pero es simplemente imposible. Ni Hollande ni las principales fuerzas políticas de Francia, excepto el abiertamente antiliberal Frente Nacional de Marine Le Pen, renunciará a la ideología liberal bajo ninguna circunstancia. Así que hasta el colapso final del liberalismo en Europa, todos los procesos que condujeron a los ataques continuarán creciendo. Los riesgos no se reducirán, sino que aumentarán.

El liberalismo europeo conducirá inevitablemente a la misma situación que en el Medio Oriente. Los EEUU está aprendiendo a vivir en condiciones de caos controlado moderado. No es bastante con tener un líder leal a los estadounidenses en todos los países. Se hace un llamamiento a la “profundización de la democracia.” Es un reclamo enantiodrómico. Pero parece que ahora dirigido a Europa también. Desde el momento en que está garantizado que los liberales estarán en el poder en Europa, esto es garantía de un crecimiento de la inmigración y de la escalada de los conflictos étnicos y culturales. También es la garantía de un aumento del terrorismo y de la popularidad del posmoderndo ISIS. Al final, tenemos una guerra civil en Europa preparándose ahora activamente. Los ataques terroristas en París nos muestran cómo sucederá. Bashar Al Assad señaló con razón que las experiencias francesas del 15 de noviembre de 2015, son los mismos acontecimientos que los sirios están atravesando en los últimos años, sólo que en una escala mucho mayor. El viernes 13 vimos un ensayo del futuro europeo: los franceses celebrando y bebiendo en los bares durante el fin de semana y un grupo armado de terroristas islámicos sin control disparando a la gente. Y nadie va a sacar alguna conclusión, y ni siquiera se atreverá a describir la situación correctamente. En este caso, quienes hoy son representados como un grupo de maniáticos, la versión islamista de Freddy Krueger, se convertirán mañana en la oposición moderada europea y en los luchadores por los derechos de las minorías para la democracia. Es posible que lleguen a tener en sus manos regiones europeas enteras, y tal vez la totalidad de los países, si los políticamente correctos europeos continúan bebiendo cócteles, yendo a los estadios y a los conciertos de bandas de heavy metal [metal pesado]. El más pesado de los metales es una bala volando en el escenario en vez de los gritos de estadounidenses degenerados, bajo el grito de “¡Alá Akbar!” Lo más duro siempre.

Renunciar al liberalismo o enfrentarse a los mismos problemas

¿Qué lección podemos sacar de esta tragedia?

1. Estamos viviendo en el momento decisivo en que la civilización occidental se acerca a su fin. Actos terroristas como los de París el 13 del 11 lo muestran claramente y sin lugar a dudas. El Occidente que conocíamos ya no existe. No puede existir por más tiempo. Durante un tiempo hubo un cierto Occidente. Con valores heroicos patriarcales, identidad cristiana, profunda y exquisita cultura con raíces greco-romanas. El Occidente de Dios, el hombre y la naturaleza. No hay nada como eso a la vista. Las ruinas. La débil y venenosa civilización liberal basada en la auto-indulgencia y al mismo tiempo en el auto-odio. Sin identidad, salvo una puramente negativa. Poblada por seres humanos egoístas y avergonzados de sí mismos. Esto puede traer el futuro. Frente a los brutales combatientes del posmoderno ISIS no puede afirmar nada, no puede oponerse a nada, no puede sugerir nada. Occidente no puede ser por más tiempo occidental. Se pierde a sí mismo. Se está ahogando. Francia no es el peor lugar. Todo el resto de Europa y de los EEUU sigue el mismo camino. Occidente tiene miedo. No del ISIS, de sí mismo, de su vacío, de su nihilismo. Si Occidente sobrevive no será el mismo Occidente que conocíamos. Se convertirá en un clon del Medio Oriente a sangre y fuego y sin salida, o en un sistema totalitario obsesionado con la seguridad. El ISIS no es el verdadero peligro, es más bien un síntoma de absoluta decadencia. Los gusanos no pueden causar la muerte. Ellos llegan cuando ya ha acabado todo. Si usted niega a Quien ha resucitado de entre los muertos y ha salvado a los demás, la muerte es el verdadero final. Por lo que es el día de las condenaciones.

2. Los que entienden la gravedad de la situación deberían correr y buscar la salvación. Hay pocos lugares en el mundo que traten de escapar del nihilismo de la modernidad en su giro final. La culpada y permanentemente criticada Rusia es uno de esos lugares. Rusia está lejos de ser el país ideal u óptimo. Hay muchos fracasos y puntos flacos. Pero se sostiene todavía. No acepta la parte llena de veneno. Rechaza suicidarse como hace Occidente. Así que ella resiste. El conservadurismo ruso tiene cuidado de que los rusos no caigan en la misma trampa: cuando usted es atacado y asesinado en su casa y obligado a sonreír y a guardar silencio. Hillary Clinton confesó que los EEUU han concebido al ISIS, pero que el ISIS se escapó y enloqueció. El experimento de Occidente con formas de suicidio. Esto continuará. Rusia y algunos otros países luchan por vivir y sobrevivir al fin inevitable de Occidente. Así que Rusia está abierta como un Arco para todos. Ella ama a Europa. No la de hoy. La otra Europa. La original. Cristiana, romana, griega. La Europa tradicional poblada por europeos. Como antes, como siempre. En los tiempos antiguos Rusia era el escudo de Europa. Ahora los papeles han cambiado. Europa es más bien el escudo de Rusia. Pero esta vez el escudo no es tan bueno. La invasión viene. Rusia necesita a Europa y le hubiera gustado que fuera un buen escudo. Para que así haya al menos algunos intereses comunes, si no valores comunes. Rusia sería feliz de salvar a Europa. Sin ella es imposible. No juzgo si todavía es posible. Pero, no obstante, todos necesitamos un frente común. Tenemos que luchar hasta el final y con el final.

3. Las élites europeas no extraerán ninguna conclusión de los tiros y las bombas de París el 13 del 11. Más inmigrantes, más liberalismo, más love parades [desfiles del amor] y política de género. Más tolerancia. Más liberalismo. Esa será la respuesta. Tales élites están completamente locas. Si los europeos quieren salvarse necesitan unas nuevas. Ahora es el momento de luchar seriamente por la Tradición, por Cristo, por la Identidad, por la restauración de la Soberanía perdida. Las locas élites liberales son mucho más temibles y peligrosas que el ISIS. Con firme voluntad no hay ningún problema para ganar al ISIS y detener la agresión y la ocupación de Europa. Pero el problema es que el ISIS es la creación de la élite liberal. En parte, la estrategia geopolítica de los EEUU, en parte, del vacío natural. El liberalismo es el nombre de la Muerte. Acabad con él y ahí estará tal vez la oportunidad. Con él, no hay posibilidades en absoluto.

16/11/2015

(Traducción Página Transversal)

Fuente: Katehon

Notas traducción

[*] Enantiodromía: (del griego: enantios, contrario, opuesto, y dromos, carrera) significa correr en sentido contrario. Con dicho término se establece en la filosofía de Heráclito «el juego de los opuestos en el devenir, esto es, la noción de que todo lo que es pasa a su contrario». (Wiki)

 

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