Un Alain de Benoist que tiene la audiencia de un Eric Zemmour y la influencia de un BHL
Solapas principales
El editor y escritor Christian Bouchet acaba de publicar en francés una obra del escritor ruso Alexander Dugin, que apareció en ruso en 1997 y que se titula Les templiers du prolétariat (1). En ese momento, Dugin era el co-director del Partido Nacional Bolchevique junto al ya fallecido escritor Edward Limonov. Lionel Baland entrevistó a Christian Bouchet para Breizh-info.
Breizh-info.com: ¿Quién es Alexander Dugin?
Christian Bouchet: Es un teórico y un activista, un hombre que nos ofrece una nueva visión del mundo y que sus seguidores denominan como la “Cuarta Teoría Política”, siendo las otras tres teorías el liberalismo, el comunismo y el fascismo.
Breizh-info.com: ¿Qué relación tiene usted con él?
Christian Bouchet: Soy su editor y también somos amigos. Lo conozco desde 1992, cuando era un representante del Frente Revolucionario Europeo en Moscú, una pequeña “internacional” nacionalista-revolucionaria de la que yo era uno de sus líderes.
Breizh-info.com: ¿Cuál es su influencia en los círculos de poder en Moscú?
Christian Bouchet: Es algo muy difícil de evaluar. Durante la época de Yeltsin/Putin, fue asesor del presidente de la Duma (cargo que en ese entonces era ocupado por el comunista Gennadi Selezniov) en lo que concernía a las cuestiones estratégicas y geopolíticas, además de que era un destacado periodista de la oposición.
Desde entonces ha sido presentado, desde hace tiempo, como “el Rasputín del presidente Putin”, algo que resulta tan inexacto como estúpido.
Si tuviera que comparar su caso con el de Francia, diría que se trata de un Alain de Benoist quien tiene la audiencia de un Eric Zemmour y la influencia de Bernard-Henri Lévy.
Breizh-info.com: Alexander Dugin es considerado como uno de los teóricos del neo-eurasianismo. ¿En qué consiste esa corriente?
Christian Bouchet: El primer movimiento eurasianista fue fundado en la década de 1920 por varios intelectuales que hacían parte de la emigración rusa (Troubetskoy, Savitsky, Alekseiev, etc.). Todos ellos argumentaban que la identidad rusa había nacido de una fusión original entre los elementos eslavos y los turco-musulmanes y que Rusia constituía un “tercer continente” entre Occidente (el cual era denunciado como materialista y decadente) y Asia. Los eurasianistas se diferenciaba de los nacionalistas clásicos y los eslavófilos y, aunque no eran comunistas, no se opusieron a la experiencia soviética, que veían como una continuación de la idea imperial rusa.
El neo-eurasianismo de Dugin retoma sus ideas, pero las lleva aún más lejos. También retoma la teoría de Mackinder de la oposición entre la talasocracia y la telurocracia, la “Isla mundial” (América) contra la “Tierra mundial” (Eurasia), como un modo de explicar la historia. Esto tiene como consecuencia que su eurasianismo sea a la vez una idea puramente rusa y al mismo tiempo una idea universal, ya que apela a todos los que son portadores de los valores de la telurocracia a que sean considerados como eurasianistas, sin importar donde vivan. Así que podemos ver que el eurasianismo de Dugin es mucho más que una ideología política, es un sistema de pensamiento y una visión del mundo.
Breizh-info.com: ¿Dugin se inspira en algunos escritores rusos u occidentales? ¿Cuáles son sus principales fuentes de inspiración?
Christian Bouchet: Entre los autores rusos, se pueden encontrar a los eurasianistas que acabo de mencionar. Entre los autores occidentales estarían Jean Thiriart, Alain de Benoist, Julius Evola, Hermann Wirth, René Guénon, etc.
Breizh-info.com: Usted es editor de un libro recientemente publicado, escrito en 1997 por Alexander Dugin, que se titula Les templiers du prolétariat. En ese momento él era el co-director del Partido Nacional Bolchevique junto con Edward Limonov. ¿Cuáles son las principales ideas de ese libro?
Christian Bouchet: En una serie de capítulos independientes donde Alexander Dugin hace un repaso genealógico del nacional-bolchevismo contemporáneo: tanto del nacional-bolchevismo ruso de derecha como del nacional-bolchevismo ruso de izquierda durante los años que van de 1920 a 1930; también estudia el esoterismo ortodoxo y sus tesis sobre la Tercera Roma; la sectas rusas como los Raskol; los Social-Revolucionarios; y, curiosamente, también se encuentra influido por diversos autores occidentales como Guy Debord o esoteristas como Aleister Crowley y Jean Parvulesco.
El libro resulta sorprendente y, a veces, inquietante: nos permite comprender mucho mejor el pensamiento de un hombre cuya influencia, treinta años después, es bastante grande.
Breizh-info.com: En este libro, Dugin habla del nacional-bolchevismo ruso de derecha y de izquierda en los años 1920-1930. ¿Cuál es la diferencia entre estas dos tendencias?
Christian Bouchet: Para Dugin, el “nacionalbolchevismo de izquierda” o “movimiento escita” está formado por quienes veían la Revolución de Octubre como un fenómeno místico, mesiánico, escatológico y profundamente nacionalista. Los principales ideólogos del escitismo fueron el extremista de izquierda Ivanov-Razumnik, un miembro del presidium del comité central de S. Mstislavsky, y el poeta y escritor Andrei Bely. A su alrededor también se reunieron poetas y escritores famosos que se convirtieron en clásicos de la literatura soviética: Alexander Blok, Sergei Essenin, Nikolai Kliuviev, Alexeï Remizov, Evgueny Zamyatine, Olga Forsh, Alexeï Chapyguine, Konstantin Erberg, Evgueny Lundberg, etc…
El escitismo se caracterizaba por una “apología de la barbarie” que estaba dirigida contra la civilización occidental, mientras se apelaba a un elemento arcaico de la nación y a una especie de espontaneidad destructiva que podía crear un “mundo nuevo”. Maxim Gorky, quien intentó crear una religión popular singular durante la época comunista, puede ser incluido entre los “nacional-bolcheviques de izquierda”.
El “nacional-bolchevismo de derecha” esta basado en la siguiente lógica: la vida de una nación, de un Estado y de un pueblo es un proceso orgánico que siempre mantiene intacto su centro. Sin importar que transformaciones dinámicas sufra -incluidas las crisis, las revoluciones y las insurgencias- existe una dialéctica al interior de la “mente del pueblo” que conduce a metas providenciales, no importa cuales sean los deseos o la voluntad de los participantes directos en estos acontecimientos… La nación siempre permanecerá igual a sí misma, siendo una especie de organismo vivo que, durante las diferentes etapas de su existencia e incluso en su propia enfermedad, manifestada en ciertas ocasiones, no deja de ser en realidad sino un signo de su futura renovación, un camino hacia su propio fortalecimiento. La existencia de la nación es algo mucho más profundo y absoluto que su historia sociopolítica.
Por tanto, todos los cambios que suceden al interior de la nación son conservadores, independientemente de las formas externas por medio de las cuales estos cambios se materializan. Este concepto del “nacional-bolchevismo de derecha” fue formulado en su totalidad por Nikolai Ustryalov. El bolchevismo y la revolución, según Ustryalov, eran solamente etapas de la historia nacional rusa y estaban dialécticamente dirigidos a superar el estado de crisis que había hecho posible esa misma revolución. En otras palabras, Ustryalov y los otros “nacional-bolcheviques de derecha” veían un elemento “conservador” no en la teoría revolucionaria en sí, sino únicamente en la continuidad del contexto nacional, lo cual incluía todos los instrumentos sociopolíticos, entre ellos la revolución.
Breizh-info.com: ¿Cuál es el peso del nacional-bolchevismo en Rusia? ¿Tiene esta idea alguna influencia dentro del Partido Comunista o dentro de las formaciones nacionalistas?
Christian Bouchet: El peso de esta corriente me parece nulo en la Rusia actual. En parte debido al error estratégico de Edward Limonov, que eligió oponerse frontalmente a Vladimir Putin cuando en realidad un apoyo crítico al mismo habría sido estratégicamente mil veces más prometedor.
Se dice también que, en el principal Partido Comunista de Rusia, existe muchos nacional-bolcheviques, y en Francia ese partido sería considerado como nacionalista. Muchas de esas formaciones nacionalistas me dejan perplejo y a veces dudo de su seriedad.
Breizh-info.com: ¿Se ha desarrollado el nacional-bolchevismo en otros países?
Christian Bouchet: Podemos considerar que ese movimiento tuvo tantas versiones como países a donde llegó a establecerse el comunismo. Ceausescu fue sin duda un nacional-comunista rumano, existió incluso un nacional-comunismo yugoslavo. Tuvimos el Partido Nacional-Comunista francés dirigido por Pierre Clémenti aquí en Francia.
Breizh-info.com: ¿Dugin ejerce alguna influencia fuera de Rusia?
Christian Bouchet: Sí, de eso no cabe ninguna duda. Su trabajo ha sido traducido a una gran cantidad de idiomas: desde el inglés hasta el turco y el finlandés, y ha dado conferencias en casi todos los países del mundo donde no se ha prohibido su presencia: en los EE. UU. y, más recientemente, en China, Brasil, Italia, Turquía, Irak…
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera