La política alemana esta basada en el odio a sí misma
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RT DE entrevisto al filósofo, politólogo y sociólogo ruso Alexander Dugin con tal de conocer su opinión sobre las elecciones alemanas que transcurrieron este domingo pasado. En esta entrevista exclusiva con el canal de televisión, el filósofo de 59 años habló sobre los resultados de las elecciones y las consecuencias que están tendrán para las relaciones germano-rusas. Dugin sostiene que estas elecciones del Bundestag fueron bastante inusuales, especialmente debido a la “terrible” derrota que sufrieron el CDU y el CSU. Los resultados han sido un duro golpe contra la centro-derecha y los liberales de derecha que siempre han intentado mantener buenas relaciones con Rusia. Además, Dugin recuerda que las relaciones bilaterales entre Rusia y Alemania fueron mucho mejores durante la cancillería de Gerhard Schröder, quien pertenecía al SPD.
“Las relaciones entre Rusia y Alemania tienen una dimensión mucho más profunda de lo que se cree y van mucho más allá de la coalición que este en el gobierno actualmente”.
Según Dugin únicamente un acontecimiento imprevisto, como la victoria de los Verdes, la cual muchos vislumbraban como posible, podría haber empeorado radicalmente las relaciones entre ambos países. El politólogo ruso llamó a Annalena Baerbock una marioneta del financiero estadounidense George Soros y acusó a su partido de ser globalista. Dugin señaló, entre otras cosas, que los Verdes se habían opuesto al gasoducto Nord Stream 2.
“Los socialdemócratas, que ahora están en el poder, junto con la CDU/CSU, representan la continuación del statu quo con respecto a Rusia”.
Sin embargo, en su conversación con RT DE el filósofo ruso reconoció que las relaciones entre Rusia y Alemania estaban muy lejos de ser ideales, ya que la política exterior alemana depende mucho del gobierno de los Estados Unidos, a pesar de su gran fortaleza económica y sus simpatías hacia Rusia.
“Alemania depende por completo de la política de los Estados Unidos. No es un Estado soberano. En muchos aspectos no es más que un territorio ocupado”.
Dugin describió la presencia militar estadounidense en Alemania como la continuación de la política de ocupación de la posguerra a pesar de que las tropas soviéticas se retiraron. Por otro lado, aunque Alemania intenta defender sus intereses económicos solamente consigue hacer eso de forma parcial. Dugin cita la opinión de varios colegas suyos que auguran que Alemania enfrentará un turbulento periodo marcado por una posible crisis política y social debido a que existen múltiples contradicciones internas que se han venido acumulando en los últimos años.
“Los alemanes son un pueblo extremadamente caótico. Su amor por el orden proviene del hecho de que son conscientes de ello y tienen miedo de enfrentarse a ese caos”.
El politólogo ruso también habló del continentalismo europeo durante el mandato de Angela Merkel como canciller de Alemania. Dugin subrayó que el continentalismo fue incluso mucho más fuerte durante la época de Schröder. El eje París-Berlín-Moscú era evidente durante la guerra de Irak, pero los atlantistas lo destruyeron posteriormente. Merkel restableció algunas de las posiciones del continentalismo europeo. No obstante, la Canciller alemana siempre fue fiel al atlantismo estadounidense y los “complació” políticamente, a pesar de que trato de seguir otro rumbo. Por el contrario, las tendencias continentalistas alemanas se encuentran en el SPD, Die Linke y la AfD.
Dugin también explicó el por qué el AfD perdió votos en esta ocasión, aunque anteriormente él mismo había pronosticado un aumento de los mismos. El AfD desafió el consenso de las élites liberales pro-occidentales alemanas al seguir un camino que llevó a que lo consideraran extremista, pero de todos modos el AfD es un partido burgués.
“Los burgueses alemanes de vez en cuando pierden la paciencia y por eso expresan sus opiniones con bastante dureza al votar por el AfD”.
Sin embargo, este partido ha comenzado a desmoronarse y fue incapaz de formular un modelo ideológico plausible. No consiguió aprovechar la oportunidad que tuvo y simplemente perdió los votos que había obtenido. Dugin considera que Alemania necesita un partido que critique el liberalismo, el atlantismo y la globalización. El AfD será capaz de reforzar sus posiciones si es lo suficientemente astuto como para aprovechar la próxima oportunidad que tenga.
Además, el filósofo ruso abordo el tema del crecimiento de los Verdes diciendo que el ambientalismo es el último refugio de los políticos que ya no tienen nada que decir.
“La ausencia de una verdadera filosofía política es sustituida por ideas simplistas como la protección por el medio ambiente”.
Dugin relacionó el éxito del Partido Verde con el infantilismo, la miopía y la histeria y se mostró contento con el hecho de que no alcanzaran el crecimiento pronosticado. Si los Verdes hubieran llegado al poder, la política exterior alemana se hubiera hundido, especialmente con respecto a Rusia, que vería su ascenso de forma bastante negativa. El politólogo ruso comparó el comportamiento de los Verdes con el fascismo. El fascismo alemán, con su excesivo fanatismo por el orden y la racionalidad, terminó degenerando en una forma de nacionalismo demente.
“Hoy vemos que sucede lo contrario: la idea de libertad, distención, humanidad, caridad, así como la indulgencia hacia los vicios y las enfermedades, que son la base de la intemperancia alemana, están conduciendo a los germanos hacia el polo opuesto”.
Dado que los Verdes se opusieron al gaseoducto Nord Stream 2, es muy probable que de llegar al poder las relaciones con Rusia se desplomarían. Dugin dice que el gaseoducto Nord Stream 2 beneficia tanto a Berlín como a Moscú. La industria alemana necesita de los recursos naturales rusos si quiere continuar siendo competitiva y mantener de ese modo el ritmo de crecimiento.
Dugin describió las relaciones entre Washington y Berlín como un diálogo que no se lleva en pie de igualdad. Dijo que el gobierno de Estados Unidos trata a Alemania como una colonia, a pesar de que los alemanes son autosuficientes e independientes económicamente.
“Es esta contradicción la que condiciona en gran medida las relaciones entre Estados Unidos y Alemania. Los alemanes tendrían que pagar un precio muy alto en caso de que quisieran independizarse, pero los estadounidenses los asfixian del mismo modo en que asfixiaron a George Floyd”.
Tal contradicción no es para nada saludable. Después de que acabó la Segunda Guerra Mundial, la ideología de los alemanes ha sido el odio hacia sí mismos. Dugin llama a este fenómeno “política de auto-odio” y es precisamente esta contradicción la que caracteriza las relaciones entre Berlín y Moscú. Por lo que no podemos sino sentir compasión por Alemania, especialmente si tenemos en cuenta que ya sufre de una especie de síndrome de Estocolmo.
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera