RUSIA ANTE EL FUTURO DE LA GUERRA

Mientras Donald Trump fue el presidente de los Estados Unidos su administración se dedicó sobre todo a poner en orden los asuntos internos de su país y luchar contra las élites globalistas (el “Pantano”) dentro de su nación. Trump parecía dar a entender que Occidente aceptaría de forma pacífica la instauración de un mundo multipolar, especialmente porque no se dedicó a atacar a Rusia de forma directa y aceptó de forma más o menos abierta la defensa que hacíamos de nuestra soberanía. Sin embargo, la llegada de Biden y los globalistas al poder cambiaron todo esto, pues el viejo y demente Joe hizo saltar por los aires cualquier acuerdo de paz. Es por eso que Occidente nos ha impuesto el camino de la guerra como muy bien ha dicho el presidente Putin en su discurso ante la Duma Estatal hace poco. Eso significa que cualquier posibilidad de cooperación entre Rusia y Occidente se ha desvanecido de ahora en adelante, aunque quizás en un futuro lejano esto pueda cambiar. Pero la confrontación entre nuestros países es tan alta que ni siquiera el regreso de Donald Trump al poder cambiará algo, especialmente si tenemos en cuenta que durante su primer mandato ya los globalistas lo acusaban de no luchar abiertamente contra Rusia. Trump tendrá sus manos atadas una vez vuelva al poder, posibilidad cada vez más real si tenemos en cuenta que tanto Biden como el Partido Demócrata están cada vez más y más en crisis.

Por otro lado, Boris Johnson, uno de los líderes occidentales más antirrusos, se ha visto obligado a abandonar su puesto hace poco, aunque la causa de su renuncia no tiene nada que ver con su rusofobia, sino con su ineptitud e idiotez que ha terminado por hartar a los británicos. Por eso surge la pregunta: ¿por qué el pueblo británico ha elegido a este loco? Podríamos preguntarnos lo mismo con respecto a Ucrania, gobernada por un comediante, o Estados Unidos, gobernado por un viejo degenerado, Francia, gobernada por un narcisista, e Italia, gobernada por un estafador y mafioso. El hecho de que estos líderes sean depuestos no significa que sus sustitutos sean mejores, ya que ahora se perfilan como gobernantes mujeres incompetentes que han hecho sus carreras gracias a las becas Erasmus y que son defensoras de un paradigma feminista y de género que quieren imponer sobre el resto del mundo. Todo esto deja claro que tanto las élites políticas occidentales actuales como las que los sustituirán serán enemigas de Rusia tanto al corto como al mediano y largo plazo. Puede que en algún momento la intensidad de este enfrentamiento disminuya, pero sin duda no cambiará en lo más mínimo, ya que las causas seguirán siendo las mismas.

Ha llegado la hora de centrarnos en nosotros mismos y cooperar con todos aquellos que no tengan nada que ver con Europa. Considero que esto implica una defensa de nuestra soberanía y un cambio estructural de nuestro sistema estatal. Antes de que se produjera nuestra ruptura con Occidente se buscaban dos cosas:

Integración de nuestra economía en el sistema económico mundial, lo cual implicaba la aceptación de las instituciones globales controladas por Occidente;
Y el fortalecimiento de nuestra soberanía, especialmente política y militar.
Ahora bien, el primer vector ha terminado por ser abandonado y solo nos queda el segundo, ¡el segundo, ya que el primero ha dejado de ser operativo! ¿Qué hará de ahora en adelante la parte de nuestra élite que defendía el primer vector? Es una pregunta bastante difícil y no quiero regodearme al respecto, pero creo que las cosas serán bastante negras para ellos en un futuro cercano: los que ayer se sentían orgullosos de ser los defensores de estas ideas hoy tendrán que rendir cuentas. Algunos de estos personajes se han acobardo, otros no entienden lo que está sucediendo y unos cuantos han decidido esperar por lo que sucederá en un futuro creyendo ingenuamente que todo volverá a ser como antes. No obstante, Putin ha dejado claro que no será así y que este es solo el principio, por lo que los occidentalistas y los liberales deberán hacerse a la idea de lo que vendrá… Esto también se aplica a los funcionarios profesionales, aunque ellos se encuentran en una mejor posición que las élites liberales. Sin embargo, también se verán afectados, pues el cómodo equilibrio en que se encontraban, debido a la imposibilidad de defender la soberanía e integrarnos al sistema económico mundial al mismo tiempo, ha desaparecido gracias al inicio de la operación militar especial. Eso implica que se han acabado las excusas que antiguamente esgrimían y tendrán que buscar la forma de crear las condiciones para la defensa de nuestra soberanía. Si no son capaces de llevar a cabo esta tarea, entonces tendrán que enfrentar las consecuencias de su propia incompetencia.

Quienes se encuentran en una mejor posición son los militares, las fuerzas de seguridad y, en parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores. Estos sectores siempre han defendido nuestra soberanía y han permanecido al margen de los problemas que afectan a los demás. De todos modos, también han tenido bastantes problemas y de ahora en adelante deberán promocionar de forma eficaz la defensa de nuestra soberanía, ya que los fracasos, la modorra y la incompetencia no serán tolerados pues la excusa de los sabotajes que hacia la “quinta columna” se ha acabado: los liberales y sus redes han sido proscritas. Estamos ante un choque de civilizaciones y semejante estado de excepción, que puede conducir a que nuestros enemigos ataquen nuestro territorio, deberá llevar a que nosotros despleguemos cualidades extraordinarias como el valor, el ingenio, la audacia, el coraje e incluso el heroísmo. Este escenario se encuentra a las antípodas de una confrontación pacifica, pues al parecer la guerra se ha convertido en una realidad.

Todo lo que hemos expuesto hasta ahora nos lleva a decir que la defensa de nuestra soberanía afectará todos los ámbitos del Estado, empezando por la administración pública, el comportamiento de nuestras élites actuales, la política, la necesidad de reformar nuestras instituciones y muchos otros problemas que tendremos que solucionar. No se trata de que todo lo expuesto hasta ahora sea imposible de cambiar, pero de ahora en adelante se requerirá una nueva forma de seleccionar a nuestro liderazgo…

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera