ÁFRICA DEBE SER LIBERADA DE LOS GLOBALISTAS Y LIBERALES

El 25 de mayo es el Día de la Liberación de África, y eso sin duda constituye un gran logro para los pueblos africanos que por fin han conseguido dejar atrás el colonialismo directo. Todo eso es hermoso, pues quien se alegra o tolera la esclavitud de otros algún día deberá enfrentar semejante situación. Toda forma de ocupación, esclavitud y colonización – sobre todo cuando el bando vencedor se comporta como una raza de amos y trata a la población local como subhumanos – es aborrecible, por lo que la liberación de los pueblos del continente africano es algo sublime: es cuando alguien se hace dueño de su propia vida y destino.
No obstante, no debemos dejarnos engañar:  la verdadera emancipación de África todavía no ha tenido lugar, pues solamente se ha pasado de una colonización directa, política y basada en el racismo biológico, a una colonización indirecta de corte económico y cultural sustentada en el racismo civilizatorio. Así que podemos decir que África no es completamente libre, sino que es un conjunto de colonias que los países occidentales se disputan en busca de obtener más influencia sobre el continente negro.
Una vez que la colonización directa cesó, África quedó en un estado deplorable, lleno de sociedades creadas artificialmente y divididas por fronteras arbitrarias. Muchas de esas fronteras son el legado de las luchas de las potencias coloniales europeas entre ellas. Estas fronteras no tienen nada que ver con la realidad de los pueblos de África, ni tampoco con sus civilizaciones, culturas, tribus y religiones.
Los Estados-nación no son más que meras extensiones de los regímenes coloniales: simulacros de una verdadera libertad o, más bien, nuevas formas de administración colonial.
El problema reside en que la descolonización externa fue acompañada por una colonización de la conciencia. Los europeos han obligado a los pueblos africanos a olvidar sus culturas, valores, tradiciones y creencias. La sociedad tradicional africana fue destruida y la conciencia de los pueblos de esta continente ha sido infectada con las ideas que impone la Modernidad: individualismo, materialismo, tecnocracia y ciencias puramente cuantitativas. Y ese es sin duda es el mayor reto que tienen que superar los pueblos africanos: liberar sus conciencias con tal de ser verdaderamente libres. Es imperativo llevar a cabo una descolonización total del África, especialmente de la Mente y el Logos Africano.
Todos los Estados, regímenes, sistemas políticos, modelos económicos e identidades sociales en África no son más que extensiones de esta esclavitud que se les han impuesto, y todo ello es profundamente ajeno al espíritu y al ritmo de los africanos. Por lo tanto, todo esto debe cambiar radicalmente. Como dice el joven líder del panafricanismo moderno, el intrépido héroe africano Kemi Seba: África estará unida y será soberana o no existirá.
África debe liberarse de la esclavitud que le impuso el hombre blanco en términos políticos, culturales, económicos e identitarios. África debe seguir su propio camino y su propio objetivo.
Pronto acontecerá la liberación de África y la celebración de este año tiene como objetivo celebrar el futuro. No obstante, este futuro aún no ha llegado, aunque puede que no esté muy lejos. Los pueblos de África todavía tienen que ganarse su libertad en una amarga batalla contra la globalización, el liberalismo y las nuevas formas de colonización.
Se trata de una causa justa a la que Rusia puede contribuir ahora que ha recuperado su influencia. Rusia lucha en estos momentos por la creación de un mundo multipolar en contra de la hegemonía globalista occidental. África está llamada a convertirse en un polo libre e independiente al interior de este mundo multipolar. Por lo tanto, la liberación de los pueblos de África de la dictadura de las élites liberales del mundo forma parte de nuestra lucha, nuestro objetivo y nuestra vocación.
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera