Theory

Tradicionalismo y Sociología – La Figura del Sujeto Radical (Modernidad y Eternidad y tradicionalistas sin Tradición)

La diferencia entre el tradicionalismo y la sociología consiste en el hecho de que la sociología parte de la modernidad y juzga a la Tradición desde el punto de vista de la modernidad. Los tradicionalistas hacen lo contrario: ven la modernidad desde el punto de vista de la Tradición. La modernidad pone toda la realidad en el tiempo, en la historia. La Tradición considera las cosas a la luz de la eternidad. Por eso los sociólogos piensan diacrónicamente la pre-modernidad como algo pasado. Los tradicionalistas consideran la modernidad como un aspecto de la eternidad, es decir, como algo eterno.

Esto, por lo tanto, no es algo tan fácil de comprender. Siendo totalmente efímera la ilusión, el mundo moderno como el mundo de la perversión radical también, de una manera paradójica, pertenece a la eternidad.

Los tradicionalistas son vecinos de los estructuralistas. La Tradición y la modernidad pueden ambas ser vistas como estructuras.

El nacionalismo del entendimiento

Por lo tanto, nuestra idea es conducir este diálogo contra todos los obstáculos históricos. Es un trabajo duro y largo, pero necesario, una vez que los reyes de la manipulación están listos para usar nuestra esencia más profunda en su juego sucio, que nos pone el uno contra el otro, incitándonos a odiar, a matar, a dominar. Necesitamos una especie de “nacionalismo del entendimiento” – aunque dándonos cuenta de lo inapropiado aquí del uso de la palabra nacionalismo: no creemos que el Estado Nación y su nacionalismo puedan llevarnos a donde queremos, porque, al fin y al cabo, las naciones están dispuestas a destruirse unas a otras con el fin de mantenerse en la cumbre, en la mejor versión del “odiar, matar, dominar”. No es nuestro caso.

También luchamos por una geopolítica y por unos regímenes políticos con una comprensión natural de la perspectiva intercultural. En esta cuestión podemos hablar de nuestra “Política del “Dasein” frente a su “Política del DanichtSein”. Pero, hasta que llegue ese momento, sólo podemos planificar nuestros caminos dentro de un marco nacionalista. Así, trabajamos por un proceso en el que, desde el nacionalismo del entendimiento, podríamos llegar finalmente a un nacionalismo del amor.

Contra el mundo posmoderno

Creo sinceramente que la Cuarta Teoría Política, el nacional bolchevismo y el eurasianismo, pueden ser de gran utilidad para nuestros pueblos, nuestros países y nuestras civilizaciones. La palabra clave es “multipolaridad” en todos los sentidos – geopolítico, cultural, axiológico, económico, etc.

La visión del nous (νους, Intelecto) del filósofo griego Plotino corresponde a nuestro ideal. El intelecto es uno y múltiple al mismo tiempo, ya que contiene todos los tipos de diferencias en sí mismo – no es uniforme ni una amalgama, sino tomado en cuanto tal, con todas sus peculiaridades. El mundo del futuro tiene que ser noético de alguna manera, la multiplicidad y la diversidad deben consideradas como una riqueza y un tesoro, y no como la razón de un conflicto inevitable: muchas civilizaciones, muchos polos, muchos centros, muchos patrones de valores en un planeta con una humanidad.

El Cuarto Estado: historia y significado de la Clase Media

La Cuarta Teoría Política rechaza la clase como concepto y niega su importancia para la creación de un sistema político basado en la comprensión existencial del Narod. Más aún, rechaza el concepto de “clase media”, que refleja la esencia misma del enfoque de clase. La clase media, igual que la persona media (esto es, promedio), es una figura social situada en el punto de máxima ilusión social, en el epicentro del sueño. El representante de la clase media corresponde a la figura de Heidegger del das Man, el portador generalizado de “sentido común”, que no está sujeto a verificación o examen. (Das Manes generalmente traducido al inglés como “El Ellos ‘, en el sentido de ‘Ellos dicen que fulano de tal vencerá en las elecciones este año…’). Das Man es la más grande de las ilusiones.

La persona media, la persona promedio, no es de ninguna manera lo mismo que la persona normal. “Norma” es sinónimo de “ideal”, a lo que uno debe aspirar, lo que uno debería ser. La persona media es una persona en el más mínimo grado, el menos individual de los individuos, la más nula y estéril cualidad. La persona media no es una persona en absoluto, es una parodia de la persona. Es el “último hombre” de Nietzsche. Y es profundamente anormal, ya que para una persona normal, es natural experimentar horror al pensar en la muerte, al experimentar intensamente la finitud del ser, al poner en duda – de forma a veces trágicamente insoluble – el mundo externo, la sociedad y las relaciones con el otro.

Algunas sugerencias con respecto a las perspectivas de la Cuarta Teoría Política en Europa

La 4TP afirma que la geopolítica es el principal instrumento que puede utilizarse para comprender el mundo contemporáneo. Europa debería ser reconstruida como una potencia geopolítica independiente. Todos estos puntos coinciden con los principios fundamentales de la Nueva Derecha francesa y con el manifiesto del GRECE de Alain de Benoist. Por lo tanto, debemos considerar a la Nueva Derecha europea como una manifestación de la 4TP.

Aquí nos acercamos a la filosofía, fundamental, de Martin Heidegger, el pensador más importante para la 4TP. La 4TP adopta como sujeto principal la noción heideggeriana del Dasein [Ser-ahí]. Heidegger es el paso metafísico (fundamental-ontológico) desde la Tercera Posición hacia la Cuarta. La tarea es desarrollar la filosofía política implícita de Heidegger en una explícita, creando así como consecuencia una doctrina de política existencial.

El Tercer Totalitarismo (crítica desde la Cuarta Teoría Política)

Pero el tema de la “tercer totalitarismo” bien puede surgir en el contexto de la sociología clásica francesa (escuela de Durkheim) y de la filosofía postmoderna. La sociología de Durkheim sostiene que los contenidos de la conciencia individual se forman en su totalidad sobre las bases de la conciencia colectiva. En otras palabras, la naturaleza totalitaria de cualquier sociedad, incluyendo una sociedad individualista y liberal, no se puede cancelar. Por lo tanto, el propio hecho de declarar al individuo como el valor más alto y la medida de todas las cosas (liberalismo) es en sí mismo una proyección de la sociedad, es decir, una forma de influencia totalitaria y de inducción ideológica. El individuo es un concepto social – sin la sociedad, el ser humano mismo no sabe si es o no es un individuo, y si el individualismo es o no es el más alto valor. El individuo aprende que él es un individuo, una persona particular, sólo en una sociedad en la que domina la ideología liberal, que realiza la función de medio ambiente en la operación. Así que aquello que niega la realidad social y afirma la individual también posee en sí mismo una naturaleza social. En consecuencia, el liberalismo es una ideología totalitaria que insiste, por métodos clásicos de propaganda totalitaria, en que el individuo es la instancia suprema.

Hacia la Laocracia

La revolución debe lograrse en tres etapas:

1 Ultimátum a todos los grandes oligarcas (un centenar tomado de una lista de Forbes, más otro centenar que se oculta, pero que todos sabemos quiénes son) a jurar lealtad a los activos rusos (todos los activos estratégicos extranjeros y nacionales estarán ahora controlados por cuerpos especiales).

2 Nacionalización de todas las propiedades privadas de importancia estratégica.

3 Conversión de los grandes representantes del capital a la categoría de funcionarios con la transferencia voluntaria de sus propiedades al Estado. Supresión de los derechos civiles (incluyendo aquí el derecho al voto, la participación en campañas electorales, etc.) para aquellos que prefieran preservar el capital en escala no estratégica, pero significativa.

El Estado debe convertirse en el instrumento del pueblo. Este sistema debería ser llamado, de esta forma, Laocracia, literalmente, “el poder del pueblo (“Laos” es “pueblo” en griego).

Superar la Tercera Posición

A propósito de las conferencias que brindara el profesor Alexandr Dugin recientemente en la CGT y en la Casa de Rusia podemos decir, sin ánimos de exagerar, que han marcado un antes y un después para las fuerzas de la Tercera Posición en Argentina. En efecto, han puesto en evidencia que en su seno se debaten dos tendencias entre los que están abiertos a desprenderse de los prejuicios del siglo pasado, y los que no. Explicaremos algunos puntos básicos de la propuesta de Dugin, antes de pasar a verificar su validez en el terreno de la política y la historia local.
¿En qué consisten los prejuicios a los que acabamos de aludir? Si nos viéramos obligados prematuramente a quedarnos con un aspecto de los planteos de Dugin señalaríamos la condición de que para pensar una nueva posición política han de abandonarse tanto el anti-comunismo como el anti-fascismo que el liberalismo ha pregonado para enfrentar sus oponentes entre sí y salir airoso. Por su parte, la Tercera Posición sostuvo la teoría conspirativa que imaginó detrás del capitalismo yanqui y el comunismo soviético una misma conducción sinárquica globalista. Pero ya cómo una forma superior de la intoxicación liberal ciertos sectores de este campo, en especial los religiosos (pero no exclusivamente), vieron en el "comunismo ateo" el enemigo principal a combatir, y para ello se aliaron al liberalismo.

Alexander Dugin y la regeneración de Rusia como punto de partida para la ‘Gran Europa’

Vladimir Putin no fue ni es solo un mero candidato político que accede el poder. Su voluntad de hacer de Rusia una potencia y romper el unilateralismo norteamericano tiene una explicación ideologica que sustenta esa voluntad. Y Alexander Dugin no es ajeno a todo ello. Su ultima obra, La cuarta teoría política, desarrolla el nuevo escenario ideológico del siglo XXI. Para Dugin, el liberalismo, el fascismo y el comunismo han muerto. Ninguna de esas tres teorías políticas pueden dar respuesta a los problemas de hoy. Como explica en su propia web, “el liberalismo, que siempre ha buscado la minimización de la política, decidió, después de su victoria, eliminar por completo la política. Probablemente para no permitir la formación de una alternativa política y hacer eterno su reino o simplemente debido al agotamiento de la agenda política debido a la ausencia de enemigos, que, según Carl Schmitt, son necesarios para la formación de una posición política”.

5 Tesis sobre el sentido de la vida

Sin esto, muchas cosas quedan sin entenderse: el contexto en que nos encontramos, el lenguaje que hablamos, el entorno en que nos manejamos. Quien no comprende el curso de la historia y sus modelos es completamente inútil. Resulta vulnerable a fuerzas externas, y sus capacidades intelectuales son mínimas. Cada idiota debería tener al menos alguna idea del curso de la historia. Antes la gente no se animaba a aparecer en público sin tener alguna idea clara acerca del curso de  la historia. Hoy la pregunta misma parece ser demasiado abstracta para filósofos profesionales, historiadores y presidentes. La grasa y la televisión son la prótesis cerebral de la nación. Alguien está hablando de algo – posiblemente haciendo una broma, o contando una historia de cómo recientemente salió de prisión. ¿Podría esto ser sólo una coincidencia?

La geopolítica existencial de Carlo Terracciano

Creo que Carlo Terracciano es uno de los más importantes geopolíticos europeos de los últimos decenios. Estoy convencido de que va a ser reconocido como uno de los clásicos  autores modernos de esta disciplina. Tuve la oportunidad de conocer a Carlo Terracciano personalmente, y siempre he admirado la rectitud de su posición ideológica en la vida: La geopolítica era para él una elección existencial, vivió en plena conformidad con sus principios, lo que demuestra algo impensable en nuestra época: Una actitud personal romana, olímpica – la lealtad, el apego total a la causa, la integridad moral completa sin tener en cuenta los efectos de las presiones de la modernidad.

Carlo Terracciano era un hombre de ideas y un hombre de acción, al mismo tiempo. En su caso, la teoría y la práctica se fusionaron en algo indivisible. ¿Cuál era su idea principal y cuál fue su acto esencial?

Eurasia: La visión geopolítica de Alexander Dugin

Luego de la desintegración del sistema soviético, a comienzos de 1990, fundé la asociación Arctogaia y el Centro de Estudios Meta Estratégicos, luego las revistas Milyi Angel y Elementy, que aparecieron hasta 1998-1999. Mis ideas fueron influidasa partir de la década del 80’ por la Nouvelle Droite europea y en primer lugar por Alain de Benoist, a quien tengo en gran estima hasta el presente. Lo considero uno de los mayores intelectuales franceses actuales, quizás sea el mejor.

Últimamente, me interesé por la filosofía de Martin Heidegger, la sociología de Marcel Mauss y de Pitirim Sorokin, la antropología de Louis Dumont y sobre todo por Gilbert Durand, pero también por la antropología de Georges Dumezil y Claude Levy-Strauss. Escribí varios artículos sobre economía basándome en las ideas de Friedrich List, Joseph Schumpeter y Fernand Brodel.

A LA ESPAÑA NEGRA

La Cuarta teoría política no tiene un destinatario sociocultural definido. Ella se dirige a cada persona disgustada por el estado de las cosas en este mundo, a cada persona lo bastante profunda como para tratar de buscar las causas y razones de este estado. Dudamos que los temas tratados en el libro despierten el interés de la gente que está contenta con todo, que está satisfecha con las alternativas actuales en política, cultura, sociedad, o a la que está preocupada solo por su adaptación individual al statu quo o corrección de ciertos tecnicismos. Pero para los profundamente descontentos este libro puede ser útil. En esta ocasión no hay gran diferencia entre un europeo y un latinoamericano, entre un musulmán y un ruso, entre un asiático y un africano: en todos los continentes y en todas las sociedades hay aquellos que toman conciencia y saben que hoy día todo se juega a una carta y que todos nosotros debemos contestar a la pregunta principal – ser o no ser. Claro que cada sociedad y cada cultura da al concepto “ser” (igualmente al “no ser”) su propio sentido.

Multipolarismo y globalismo, dos cosmovisiones geopolíticas y sus respectivos orígenes espirituales

Los estados donde se implantó el pulpo liberal del capitalismo, dio (y da) a los ciudadanos la ilusión de “democracia” (poder del pueblo), la ilusión de que realmente están eligiendo a sus representantes. La mayoría de quienes viven en el “primer mundo” creen esto aún hoy en día, cuando todo se está volviendo más y más orwelliano, y nuestros llamados políticos democráticos están mostrando su verdadera naturaleza de títeres. Sin embargo, en el sistema capitalista, donde debido a la usura de los banksters el dinero puede crecer de la nada, el poder no está en manos de la gente, sino en las manos de los que controlan el dinero … y el dinero no es democrático.

Por otra parte, en muchos países comunistas, un fenómeno muy interesante sucedió: el comunismo marxista ortodoxo, que era anti-tradicional y ateo, así como globalista e internacionalista (con la misma naturaleza materialista y cancerígena del capitalismo), comenzó a desarrollarse de manera diferente en cada país, fusionando el sistema económico socialista con el carácter de cada nación, de cada comunidad orgánica donde se hizo con el poder. (Esto no ha ocurrido en los países capitalistas, que fueron y todavía están sometidos a un lavado de cerebro extremo y bajo el yugo de un enorme imperialismo cultural y social que viene de los EE.UU. con elementos subversivos, como Hollywood, medios de comunicación de masas, la destrucción de la propia lengua, de la propia identidad, etc)

Necesidad de la Cuarta Teoría Política

La actual crisis financiera mundial marca la conclusión de los daños causados por la ideología liberal que, habiendo aparecido en la época de la Ilustración occidental, ha dominado durante décadas la mayor parte del planeta.

Las voces perturbadoras y las críticas comenzaron a finales del siglo pasado, con el surgimiento de fenómenos como la globalización y el uni-mundialismo. Estas críticas no sólo resonaban desde la oposición exterior – conservadores, marxistas y pueblos indígenas-, pero comenzaron en el campo de la comunidad occidental. Los investigadores notaron que el impacto de la globalización moderna es una consecuencia del liberalismo universal, que se opone a cualquier manifestación de distinciones. El programa definitivo del liberalismo es la aniquilación de toda distinción. Por lo tanto, el liberalismo socava no sólo los fenómenos culturales, sino también el propio organismo social. La lógica del liberalismo occidental contemporáneo es la del mercado universal desprovisto de cualquier otra cultura que no sea el proceso de producción y consumo

La Cuarta Teoría Política y la “Otra Europa”

En su libro Carl Schmitt, Leo Strauss y El concepto de lo político Heinrich Meier señaló que el mundo está tratando de abstenerse de identificar la diferencia entre un amigo y un enemigo, Schmitt muestra claramente al mundo la inevitabilidad de “este o” con el fin de intensificar la “toma de conciencia de una situación de emergencia” y volver a despertar la capacidad que se manifiesta cuando “el enemigo se revela así mismo con particular claridad” [1]. De hecho, hoy se puede identificar sin lugar a dudas nuestro enemigo. El enemigo ideológico (y ontológico) es un liberal, un partidario de la teoría política que derrotó a las dos ideologías del siglo XX, el comunismo y el fascismo (el nacionalsocialismo). Hoy nos enfrentamos con el resultado de la victoria. Al decir “nosotros” no me refiero a alguna entidad política abstracta, más bien me refiero a los representantes de la tradición geopolítica de Eurasia o los enfoques de la geopolítica telurocrática (por lo tanto, los enemigos están determinados por su participación en la geopolítica talosocrática). Al comentar la obra fundamental El concepto de lo político Leo Strauss señala que a pesar de toda crítica radical del liberalismo incorporado en el mismo, Schmitt no lo sigue a través ya que su crítica se desarrolla y se mantiene dentro del alcance del liberalismo.

El fin del mundo sí sucedió

El fin del mundo sucedió de hecho. No ocurrió en un día específico, pero se ha extendido a lo largo de varias décadas. El mundo que ha desaparecido era un mundo donde la mayoría de los niños sabían cómo leer y escribir. Un mundo en el que admirábamos a los héroes y no a las víctimas. Un mundo donde las máquinas políticas no se habían convertido en máquinas trituradoras de almas. Un mundo en el que teníamos más modelos de conducta que derechos. Un mundo donde uno podría entender lo que Pascal había querido decir cuando escribió que el entretenimiento nos distrae de vivir una vida humana real. Un mundo donde las fronteras salvaguardaban a aquellos que vivían su forma de vida y una vida propia.

LA LOGICA DE LA GEOFINANZA Y SU ACCIONAR SOBRE LA AMÉRICA ROMÁNICA

A primera vista parecería que la globalización es el cumplimiento de los más caros anhelos de la Ilustración, como por ejemplo, la república mercantilista universal preconizada por Adam Smith o el gobierno burgués universal de Kant.  El escocés fundador de la economía moderna veía en el mercado la palanca para levantar su unión cosmopolita, mientras que para el filósofo alemán, aquélla se lograría únicamente cuando la religión racional (basada en los principios de la Aufklärung) se imponga íntegramente sobre la fe eclesiástica y se convierta en el fundamento de un estado mundial, el cual será el encargado de garantizar la paz entre las naciones. Cuando se llegue a concretar tal aspiración, se podrá decir con razón que “el reino de Dios ha llegado a nosotros.”

Construcción de un gran espacio suramericano

En primer lugar nosotros proponemos dejar de hablar de integración, concepto que forma parte de lo políticamente correcto, para hablar de construcción de un gran espacio geopolítico autocentrado económicamente y políticamente soberano. La categoría de integración es un engaña pichanga ad usum becarios. Luego de 18 años desde el Tratado de Asunción de 1991 al presente, el Mercosur resultó ser sólo el instrumento de integración de las burguesías comerciales de Sao Paulo y Buenos Aires, y nada más. La construcción de un gran espacio supone una voluntad de poder que se enfrente y recorte los poderes mundiales actuales en tanto que la idea de integración implica sumarse a las ventajas relativas de la globalización. O hablamos en términos geopolíticos de construcción de un gran espacio o callamos.

EL FINANCIARISMO, ESTADIO SUPREMO DEL CAPITALISMO

¿En qué sistema de coordenadas hay que examinar el fenómeno del "financiarismo"?

¿El capitalismo financiero representa una variante casual de la sustancia común al desarrollo de sistema capitalista? ¿O quizás y al contrario sea la extrema encarnación de todo su proceso lógico, su triunfo?

La respuesta a esta cuestión no se encuentra en los clásicos del pensamiento económico, dado que su horizonte estaba limitado a la fase industrial del desarrollo capitalista, tendencia general de la época en la cual (sobre todo los marxistas) indagaron de modo correcto y completo. La sociedad posindustrial constituye, en muchos aspectos, una realidad oscura; para su estudio no existen clásicos reconocidos, si bien muchos autores han profundizado ampliamente en este fenómeno. Ahora bien, comprender el "financiarismo" es a nosotros a quien corresponde, nos plazca o no.

LA GRAN GUERRA DE LOS CONTINENTES

Recordemos los principales postulados de la geopolítica, ciencia que antes también recibía el nombre de "geografía política", y cuyo desarrollo se debe principalmente a los méritos del científico y político inglés sir Halford McKinder (1861-1947). El propio término "geopolítica" fue utilizado por vez primera por el sueco Rudolf Kjellen (1864-1922) y más tarde extendido en Europa por el alemán Karl Hausofer (1869-1946). En cualquier caso, McKinder sigue siendo el "padre de la geopolítica", cuyo modelo básico siguió como punto de partida para todas las demás investigaciones en este campo. El mérito de McKinder consiste en que supo delimitar y comprender determinadas leyes objetivas de la historia política, geográfica y económica de la humanidad. Si bien el término "geopolítica" es de aparición relativamente reciente, la realidad a la que se refiere tiene una historia milenaria.

La esencia de la doctrina geopolítica podría reducirse a los siguientes principios. Dentro de la historia planetaria existen dos visiones enfrentadas y competidoras sobe la colonización de la superficie de la Tierra: el enfoque "terrestre" y el enfoque "marítimo". La elección de uno de ellos depende de la orientación ("terrestre" o "marítima") que siguen unos u otros estados, pueblos o naciones. Su conciencia histórica, su política interior u exterior, su psicología, su visión del mundo se forman siguiendo unas reglas determinadas. Teniendo en cuenta dicha particularidad, se puede hablar perfectamente de una visión del mundo "terrestre", "continental" o incluso "esteparia" (la "estepa" es "tierra" en su estado puro ideal) y de una visión del mundo "marítima", "insular", "oceánica" o "acuática". Señalemos de paso que los primeros indicios de semejante enfoque los encontramos en las obras de los eslavófilos rusos Jomiakov y Kireévski.

ALEXANDER DUGHIN - O CUANDO LA METAFÍSICA Y LA POLÍTICA SE UNEN

Escasas personalidades en los últimos años han conmovido de manera tan estruendosa los ambientes del radicalismo mundial, como lo ha hecho Alexander Dughin. Polemista, hombre dotado de una memoria prodigiosa, notable artesano en la difícil ciencia de generar ideas, locutor radial de un programa transgresor como pocos, ensayista, geopolítico, músico, estudioso de la Metafísica guénoniana, crítico de las ideologías políticas aceptadas por la policía del pensamiento, editor clandestino de las obras de Guénon y Evola cuando aun la Unión Soviética era una realidad, director de la asociación y casa editorial Arctogaia, la cual literalmente inunda Internet con sus páginas que tratan sobre Nacional-Bolchevismo, Otto Rahn, eurasismo, y Julius Evola, entre un variopinto universo conceptual que podrá generar aplausos u odiosidades; pues frente a Dughin o se está con él y se lo sigue o se lo repudia. Parece no haber otra opción. Y, sin embargo, nosotros a continuación queremos hacer un juicio crítico que esté más allá de las posturas extremas antes mencionadas.

América indolatina y Eurasia: los pilares del nuevo sistema multipolar

El aventurerismo estadounidense en Georgia y la profunda crisis económico-financiera que afecta a todo el sistema occidental han evidenciado definitivamente la incapacidad de los Estados Unidos para gestionar el actual momento histórico. Los paradigmas interpretativos basados en las dicotomías Este-Oeste, Norte-Sur, centro-periferia no parece que sean válidos para delinear los próximos escenarios geopolíticos. Una lectura continental y multipolar de las alianzas y de las tensiones entre los actores globales nos permite identificar en la América indolatina y en Eurasia los pilares del nuevo sistema internacional. 

La incapacidad estadounidense de gobernar 

La reciente cuestión georgiana ha supuesto definitivamente el certificado de defunción del llamado unipolarismo estadounidense y, sobre todo, parece que ha hecho efectivo un sistema articulado ya sobre polos continentales, es decir, un sistema multipolar. 

Esto no ha sido captado en absoluto por la mayor parte de los observadores y analistas, que, pese a ser conscientes del crepúsculo de la “nación indispensable” (según la atrevida definición de la ex Secretaria de Estado Madeleine Albright), con motivo de la crisis de agosto entre Moscú y Tbilisi han hecho referencia, reiteradamente, a un nuevo bipolarismo y a una reformulación de la “Guerra Fría”. En realidad, estamos muy lejos de la reedición del viejo sistema bipolar, y no sólo porque las motivaciones ideológicas (entre las cuales se encuentran las antítesis comunismo-capitalismo y totalitarismo-democracia), que caracterizaron la posguerra de 1945 a 1989, y que por tanto dieron vida al equilibrio bipolar, han desaparecido, sino, sobre todo, porque grandes países de dimensiones continentales, como China, India y Brasil, como consecuencia de su desarrollo económico y gracias a la conciencia geopolítica que anima desde hace casi toda una década a sus clases dirigentes, tienen la ambición de asumir responsablemente compromisos políticos, económicos y sociales a nivel planetario. 

La Ruta de la Seda, el Collar de Perlas y la competición por el Índico

Quien controle el Océano Índico, domina Asia. Este océano es la llave de los siete mares en el Siglo XXI. El destino del mundo se decidirá en estas aguas.

(Alfred Thayer Mahan, geoestratega de la US Navy, 1840-1914).

Christopher J. Pehrson, teniente coronel de la Fuerza Aérea de EEUU, relata en su documento String of Pearls: meeting the challenge of China’s rising power across the Asian littoral:

En 1405, el emperador Yongle de la dinastía Ming despachó una "flota tesoro" de 62 naves bajo el mando del explorador Zheng He. Cuatro de sus naves eran de los barcos de madera más grandes jamás construidos, midiendo más de 120 metros de longitud y 50 de anchura. Su flota incluía barcos especializados en el transporte de caballos, barcos diseñados para transportar agua fresca, barcos de suministro, transportes de tropas y navíos militares de defensa. La flota zarpó hacia el océano abierto con 27.800 hombres y miles de toneladas de bienes chinos con los que comerciar durante su viaje. En comparación, 87 años más tarde en 1492, Colón se embarcó en su profético viaje con solo 3 barcos y 87 hombres. Su buque-insignia, la Santa María, apenas era apropiado para la navegación oceánica, con sus 22 metros de longitud.

Hasta entonces, los chinos se habían contentado con relacionarse con África y buena parte del Índico a través de intermediarios árabes. Después de explorar orillas exóticas durante 10 años, la flota china naufragó cerca de la costa africana y los supervivientes acabaron estableciéndose en Lamu, actual Kenia. Esta huella china en la costa africana está confirmada por análisis genéticos.

 

Páginas