El enfoque civilizacional

Si queremos enfrentarnos eficazmente en contra de Occidente en el actual choque de civilizaciones que Rusia esta enfentando, debemos darnos cuenta que existen varios planos de análisis. En primer lugar, esta la identidad expresada de la siguiente manera:

  1. ¿Cuál es la identidad de nuestro enemigo? (¿con quién estamos librando la guerra?);
  2. ¿Cuáles son los fundamentos de nuestra identidad?;
  3. ¿Cuál es la identidad del resto de las civilizaciones?

Es preciso construir un mapa de las civilizaciones siguiendo estas preguntas, pues inmediatamente nos encontramos con el siguiente problema: el enemigo ya ha penetrado profundamente nuestra civilización desde el momento en que controla gran parte de los significados y las estructuras mentales de cada uno de nosotros. Esto no solo sucede desde afuera, sino también desde adentro de la misma Rusia. Nuestra primera tarea consiste en purificar este campo mental mediante la creación de una consciencia soberana. Para llevar a cabo esta tarea debemos recurrir a un enfoque civilizacional, ya que el enemigo ha conseguido imponer en las ciencias sociales y las humanidades rusas su propio enfoque, marginando o expulsando este paradigma hasta considerarlo como erróneo. El rechazo al que es sometido el enfoque civilizacional actualmente solo puede atribuirse a la plena aceptación en las universidades de los paradigmas de pensamiento de la civilización occidental y el consentimiento de que la consciencia de la sociedad rusa sea controlada desde afuera por aquellos contra los que estamos en guerra.

En otras palabras, cualquiera que rechace el enfoque civilizacional debe ser considerado como un agente extranjero en el sentido más literal de la palabra. Y no importa si lo hace de forma intencional, porque es un tonto útil o por inercia. Esta es la realidad actual y no existe otra forma de expresarse. El enfoque civilizacional nos permite hablar abiertamente de una consciencia pública soberana y, por lo tanto, de una ciencia y una pedagogía soberanas. Este es nuestro último llamado a las ciencias humanas en Rusia: o se produce un cambio rápido en favor de la aceptación de un paradigma civilizacional (Rusia=civilización soberana) o se renuncia en masa a las cátedras. Existen los casos en que el conocimiento científico se produce más por sustracción que por adición. En este caso se trata de sustraernos a las tonterías esparcidas por los algoritmos envenenados y las estrategias epistemológicas subversivas propagadas por el virus del liberalismo occidental.

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera