Metaphysics

EL CONCEPTO DEL "ANTICRISTO RADICAL": ONTOLOGÍA Y EXPERIENCIA (ASPECTOS SEMÁNTICOS, RELIGIOSOS, SOCIOLÓGICOS, POLÍTICOS)

La figura del Anticristo en la semántica del cristianismo puede considerarse multidimensionalmente. Estructuralmente, está estrechamente vinculado con el paradigma cristiano de la historia. La historia va del paraíso a la caída, las vicisitudes del pueblo elegido, luego de Cristo, luego de la iglesia, luego del fin del mundo y la liberación de Satanás de las cadenas. La etapa de la aparición del Anticristo es la última antes del fin del mundo y la Segunda Venida de Cristo. Por lo tanto, el tema del Anticristo puede tomarse como una herramienta para medir el tiempo cristiano. Y mucho depende de cómo se calcule el tiempo: la actitud hacia la sociedad, el mundo, incluso la religión. Después de todo, y esto es lo más importante, el Anticristo falsifica todo, su reinado es la época de la falsificación. ¿Falsificaciones de qué? De todo: el mundo, la religión, la sociedad, el poder, el hombre. Esta es la época de los simulacros, los sustitutos, las copias pervertidas. Y, en consecuencia, frente a los elementos del Anticristo, las personas del último período deben actuar y ser diferentes a las anteriores. Al ver el agua, una estrella, una persona o un templo, los cristianos anteriores al Anticristo los tratan en consecuencia. Pero a los cristianos del período del Anticristo se les invita a hacer lo contrario. No te fíes, fíjate, estate atento ante las cosas más sencillas y familiares. Lo familiar ya no existe. Hay una trampa en todo. La época del Anticristo es una época de sospechas.

Pensamientos durante la plaga №1. El castigo negro de una deidad brillante

Y aquí es muy importante: porque su sacerdote fue tratado irrespetuosamente. Si nos separamos de la historia específica de Homero, podemos formular este mito filosófico de la siguiente manera: el dios de la luz, el dios de la vertical, el dios del cielo, el dios de Hyperborea castiga a la humanidad, que está distraída por algo completamente inapropiado, insultando el eje solar en cada uno de de nosotros. Y luego, la historia con el coronavirus, con la pandemia, con la peste, para que destruya la humanidad, se vuelve comprensible.
Apolo es un símbolo metafísico de nuestro atractivo para con nosotros mismos, para nuestra dimensión interna, para nuestro “yo”, para nuestra alma inmortal, y cuando las personas pecan contra esta alma inmortal, cuando están completamente absortos en los elementos del entretenimiento, el mundo exterior, la diversión corporal y el enjambre constante de los bienes materiales que reciben a su alrededor, o que reciben insuficientemente, o que quieren más, o quieren gastar estos bienes más rápido o usarlos de alguna manera. Tan pronto como una de personas comienza a enarbolar los valores no apolíneos, cuando está masa alcanza cierto punto crítico, Apolo envía una plaga a la humanidad, y esto es absolutamente cierto, y es lógico, y esta plaga hace que las personas vuelvan a sí mismas nuevamente. Esto fue mencionado por Albert Camus en su novela “La plaga”. Dijo que la peste era una forma de pensar:

Trump: reconocimiento como "príncipe de este mundo"

Trump ya nos ha dado muchas sorpresas. Y nos trae nuevas cada vez. Inicialmente, fue rechazado por el establishment estadounidense, pero él decidió entonces desafiarlo, y construyó su campaña electoral sobre el anti-globalismo. La sorpresa fue que se aventuró a dar tal paso, pero todavía más lo fue - una sorpresa aplastante esta vez - el que se convirtiera finalmente en presidente de los Estados Unidos: POTUS. Casi nadie esperaba esto. Sorpresa.

Al llegar a la Casa Blanca, comenzó a parecer débil y vacilante, entregando uno tras otro a sus partidarios bajo la tormenta de las críticas de los demócratas y de los medios corporativos. Sus oponentes, sintiendo su flaqueza, comenzaron a preparar la situación para su impeachment. El acento principal fue puesto en una "huella rusa" puramente imaginaria. Trump parecía estar confundido y a la defensiva.

Tradición e Islam

El Islam está conectado directamente a la Tradición. Es un hecho indiscutible. Y este hecho debe ser reconocido por los tradicionalistas. El Islam está activo y en favor de una sociedad tradicional. Esto debe ser apoyado. Pero el Islam no representa la tradición sólo él. La tradición puede [también] ser no-islámica. Si los musulmanes aceptan eso y aceptan los términos de la multipolaridad, entonces un diálogo activo y una cooperación estrecha, incluso en el ámbito militar, deben ser alentados para oponerse al mundo posmoderno y alAnticristo/Dajjal. Si nos enfrentamos a una versión protestante contemporánea innovadora y comprometida del universalismo y del exclusivismo, bajo la máscara de la defensa del “Islam puro”, habrá que hacer un esfuerzo prudente y serio para deshacer este nudo geopolítico y metafísico, para reanudar el hilo de una manera u otra. La islamofobia es un mal, pero un mal puede ser también la actividad en favor de la “islamización” [y] que se presenta bajo la bandera del “Islam puro”. Cada uno debería seguir su tradición. Si no lo logramos, entonces la culpa debe ser puesta sobre nosotros, no sobre la Tradición. A un nivel puramente individual la elección es posible, pero ver a los rusos convertirse en masa al Islam me repugna, porque buscan el poder fuera de sí mismos y de su tradición y son por lo tanto enfermos, débiles y cobardes.

METAFÍSICA DEL NACIONAL-BOLCHEVISMO

El término "Nacional-Bolchevismo" puede indicar imágenes muy diversas. En sí, emergió en Alemania y en Rusia para reflejar la intuición, por parte de algunos teóricos políticos, del carácter nacional de la Revolución bolchevique de 1917, carácter oculto a la fraseología del marxismo internacionalista ortodoxo. En el contexto ruso, "nacional-bolchevique" fue la denominación habitual de aquellos comunistas orientados hacia la conservación del Estado y (consciente o inconscientemente) continuadores de la línea geopolítica de la misión de la Gran-Rusia. Pero "nacional-bolcheviques" rusos se encuentran tanto entre los blancos (Ustrialov, los "smeno-vekhovisij", los euroasiáticos de izquierda) como entre los rojos (Lenin, Stalin, Radek, Lezhnev, etc.) (1). En Alemania el fenómeno análogo se asoció a las formas de nacionalismo de extrema izquierda de los años 20 y 30 del siglo XX, en cuyos ambientes se daba una combinación de ideas socialistas no-ortodoxas, ideas nacionalistas y actitudes positivas a un entendimiento con la Unión Soviética. Entre los nacional-bolcheviques alemanes, el más coherente y radical fue sin duda Ernst Niekisch; pero en este movimiento también encontramos personajes destacados de la Revolución Conservadora alemana, como Ernst Jünger, Ernst von Salomon, August Winnig, Karl Otto-Paetel, Harro Schulzen-Beysen, Hans Zehrer, así como miembros del Partido Comunista, como Laufenberg e Wolfheim, pero también figuras espontáneas del ala izquierda del NSDAP, como Otto Strasser y Joseph Goebbels.