Hacia la Laocracia
La revolución debe lograrse en tres etapas:
1 Ultimátum a todos los grandes oligarcas (un centenar tomado de una lista de Forbes, más otro centenar que se oculta, pero que todos sabemos quiénes son) a jurar lealtad a los activos rusos (todos los activos estratégicos extranjeros y nacionales estarán ahora controlados por cuerpos especiales).
2 Nacionalización de todas las propiedades privadas de importancia estratégica.
3 Conversión de los grandes representantes del capital a la categoría de funcionarios con la transferencia voluntaria de sus propiedades al Estado. Supresión de los derechos civiles (incluyendo aquí el derecho al voto, la participación en campañas electorales, etc.) para aquellos que prefieran preservar el capital en escala no estratégica, pero significativa.
El Estado debe convertirse en el instrumento del pueblo. Este sistema debería ser llamado, de esta forma, Laocracia, literalmente, “el poder del pueblo (“Laos” es “pueblo” en griego).