Desde que nos hemos establecido como civilización soberana, tenemos que cambiar el discurso dominante. Lo que antes todos temían o se avergonzaban de decir (lo que pensará Occidente de nosotros, la comunidad mundial...), ahora debemos decirlo clara y abiertamente.
Los patriotas son el principal apoyo de Putin. No sólo electoral, sino histórico, social, ontológico. Los patriotas (de todo tipo) en Rusia son el 85%. Los liberales (conscientes o inconscientes) son sólo el 15%. En la élite el porcentaje es el contrario: 85% de liberales y 15% de patriotas. Así que en el pueblo, cuando dicen "todos", se refieren al 85% que hay (que son patriotas). Pero las élites, cuando dicen "todos", también se refieren al 85% (pero en este caso se refieren a los ladrones del tesoro y a los residentes en Rublevka). Y de nuevo, "que están por ahí".
Urgen cambios absolutamente necesarios en nuestra sociedad. Sólo ellos pueden conducirnos a la Victoria. Y sin Victoria no habrá Rusia. Todo el mundo lo entiende hoy. Para salvar al pueblo y al Estado, debemos cambiar. Y de forma radical y urgente.
El politólogo ruso Aleksandr Dugin ha comentado el "nuevo ataque contra el puente de Crimea". Insta a tomar nota de la "feroz obstinación del enemigo", que es "característica de la Malorossiya" (Malorossiya, "Pequeña Rusia", es el nombre dado a los territorios de la Ucrania moderna que le pertenecieron durante el Imperio ruso).
El reciente ataque contra el puente de Crimea es un sello distintivo de los pequeños rusos y la enorme rabia que cargan consigo. No obstante, no deja de ser bastante diciente.
La brecha entre la idea que nos hacemos nosotros los rusos sobre la guerra y lo que el Occidente colectivo cree que es resulta cada vez mayor. Los rusos nos rebelamos en contra de Occidente como un niño que hace una rabieta en contra de sus padres.
Observando el furibundo y violento comportamiento en las calles francesas uno no puede evitar pensar lo siguiente: “¡Ha llegado por fin la revolución, el régimen no resistirá! Francia esta acabada y el gobierno actual caerá pronto”.
Como nadie saca conclusiones serias de la Marcha por la Justicia, las nubes empiezan a espesarse de nuevo. Hasta ahora es difícil decir en qué clase de huracán se convertirán.
La consciencia de los rusos ha sido incapaz de asimilar los acontecimientos ocurridos el 24 de junio de este año y me he dado cuenta que muchos se dedican a decir estribillos como “que esto simplemente no pasó”, “nada de esto fue real” o “fue una farsa”.
Las autoridades rusas están ansiosas por demostrar el cumplimiento de ciertas normas en la guerra de Ucrania. Occidente ha creído desde el inicio del OMU, y de hecho desde 2014, con la anexión de Crimea, que Rusia había roto las reglas (beneficiosas para Occidente). E incluso si no lo hubiera hecho, no significaría nada. Por lo tanto, Occidente está jugando sin reglas contra Rusia.
Tracemos el destino del logos en la Postmodernidad. Es sumamente importante recordar siempre que el logos es una de las manifestaciones del mito heroico, es decir, el producto del régimen diurno (según la clasificación de J.Durand). Y no es la única, ni es absoluta.
La celebración era oportuna, ya que para este pensador ruso de 62 años, hábil para explotar la etiqueta de “el filósofo más peligroso del mundo”, como lo han caracterizado en los medios europeos, el legado peronista pudo haber sido, al menos hasta el inicio de la invasión rusa a Ucrania en Europa y el eclipse del peronismo como fuerza conductora en la Argentina, uno de los insospechados aliados estratégicos para la “causa rusa” que el propio Dugin ayudó a diseñar como asesor del presidente de la Duma Estatal de la Federación Rusa entre 1998 y 2003, y como jefe del Departamento de Sociología de las Relaciones Internacionales en la Universidad Estatal de Moscú entre 2009 y 2014.
El Posmoderno es el paradigma hacia el que se está produciendo actualmente la transición desde el paradigma anterior, el Moderno. La transición tiene lugar ante nuestros ojos, por lo que la sociedad actual (al menos la occidental, pero también la planetaria en la medida en que está influida por la occidental) es una sociedad en transición. No sólo la sociedad rusa es transitiva en sentido amplio, sino que esa matriz social que define la vida de la humanidad en tal o cual grado también está cambiando hoy su naturaleza cualitativa.
Me gustaría basarme en las palabras de Andrei Korobov-Latyntsev, que considera la movilización total como un concepto jüngeriano, y en el propio modelo jüngeriano, que es obvio y en cierto sentido no necesita más profundización. Ernst Jünger es un pensador extremadamente explícito; es muy aforístico.
"La geopolítica se construye en torno al eterno enfrentamiento entre potencias marítimas (talasocracias) y potencias terrestres (telurocracias)", afirma Aleksandr Dugin.
Muchos empiezan a darse cuenta de que lo que está ocurriendo no puede explicarse en modo alguno mediante el análisis de los intereses nacionales, las tendencias económicas o la política energética, las disputas territoriales o las tensiones étnicas. Casi todos los expertos que intentan describir lo que está ocurriendo con los términos y conceptos habituales de antes de la guerra parecen, como mínimo, poco convincentes y, a menudo, simplemente estúpidos.
El mundo ha cambiado de forma muy drástica tras el fracaso de Occidente en Ucrania (2023), precedido por la huida despavorida de los norteamericanos en Afganistán (2021), y su injerencia desastrosa en Siria. La maquinaria militar norteamericana, gigantesca y omnipresente en todos los mares, es un fiasco. Puede sembrar el caos y amedrentar a gobiernos. Puede condicionar políticas y alianzas y crear más y más sufrimiento. Pero sus fracasos estratégicos anuncian el fin de una era y el comienzo de otra.
La OTAN posee muchos ejércitos, no solamente las tropas regulares que portan y emplean armas. Existen, además, los ejércitos de la izquierda otanista (en España, el de Santiago Alba y toda su izquierda woke). Existe la OTAN civil, representada por doña Ursula y toda la burocracia de la Unión Europea.
Muchos empiezan a darse cuenta de que lo que está ocurriendo no puede explicarse en modo alguno mediante el análisis de los intereses nacionales, las tendencias económicas o la política energética, las disputas territoriales o las tensiones étnicas. Casi todos los expertos que intentan describir lo que está ocurriendo con los términos y conceptos habituales de antes de la guerra parecen, como mínimo, poco convincentes y, a menudo, simplemente estúpidos.
La hegemonía es el capitalismo, la sociedad capitalista occidental moderna. Pero el capitalismo no se convierte inmediatamente en hegemonía. ¿Qué lo transforma en hegemonía? La propia lógica interna de la hegemonía.
Este articulo es nuestro intento de analizar los principales actores que están en guerra en Ucrania. Con tal de hacerlo, recurriremos a la metáfora del “ajedrez geopolítico” utilizada por Zbigniew Brzezinski. Por supuesto, consideramos que tanto el territorio ucraniano, como la misma Rusia, son un espacio donde se está produciendo una confrontación geopolítica de carácter global. Kiev, como lo han comprendido muchos actores, no es un actor independiente, sino una herramienta en manos del globalismo usada en contra de Rusia. Entendemos muy bien que el uso de cualquier metáfora, como la del “ajedrez”, tiene sus limitaciones y simplificaciones, no obstante, nos puede ayudar a comprender lo que está sucediendo y en ese sentido resulta valiosa a la hora de hacer un análisis.
Fukuyama en 1992 nos dijo claramente que el fin de la historia era la victoria de la democracia liberal por sobre todo el orbe como última fase del desarrollo ideológico humano. Sin embargo, esa misma historia le ha jugado una mala pasada al politólogo estadounidense, en tanto que a la fecha el rechazo de esa forma de sistema político (democracia liberal) y socioeconómico (capitalismo liberal) es cíclico y se agudiza en tiempos de crisis.
El objetivo de nuestra breve ponencia es promover la idea que la lucha por un mundo multipolar no es solo atributo de las grandes potencias y que países que no son potencias mundiales pueden y deben hacer una importante contribución a esa lucha. A veces cuando se habla de cambiar el orden mundial se piensa solo en grandes poderes mundiales.
En vísperas de la visita del presidente chino Xi Jinpin a Rusia el 19 de marzo, fui entrevistado por Russia Today, y me preguntaron cómo veía las sanciones de mano dura de Occidente contra Rusia, dije que Rusia ha sido aislada por Occidente, y Occidente ha sido aislado por el resto. ¿Por qué? La razón es sencilla: aunque la operación militar de Rusia en Ucrania es controvertida, uno de los objetivos declarados de Rusia es cambiar el orden mundial multipolar liderado por EEUU por un orden mundial multipolar, y este objetivo es ampliamente apoyado o al menos comprendido por el mundo no occidental.
Si ponemos los pies en la tradición helénica, que tiene relevancia para la civilización europea, pero también para otras civilizaciones cercanas o afines (como la iberoamericana), veremos el protagonismo que filósofos como Aristóteles dieron a la virtud del valor (ἀνδρεία). Considerada la virtud más elevada de los espartanos ─ como podemos deducir de los Dichos de los espartanos de Plutarco ─ según Aristóteles, la virtud del valor implicaba la voluntad de afrontar un riesgo existencial real pero no desesperado en aras de un fin digno. Aristóteles niega, por tanto, que se trate de la virtud del valor cuando el peligro no es existencial, cuando no hay posibilidad de triunfo o cuando no existe un fin digno. El valor, por tanto, como todas las virtudes aristotélicas, implica un objeto, un modo y un momento adecuados, en una especie de medida exacta entre los extremos del miedo y la confianza.
El mundo multipolar se basa en el reconocimiento de la igualdad entre todas las civilizaciones y culturas, pues cada una de ellas es un cosmos en sí mismo. Esto significa que cada civilización tiene su propio sistema de valores, códigos, Logos e identidad. Si reconocemos esto último, entonces podemos decir que cada una también tienen una idea diferente de Dios, el hombre, el mundo, el tiempo, la materia, la sociedad, el bien y el mal o lo que es correcto e incorrecto. Precisamente son todas estas ideas las que convierten a estas civilizaciones en actores sociales, políticos y económicos independientes. No existen leyes universales y uniformes para decir que civilización es superior a la otra. Nadie tiene el derecho de imponerle a otra civilización su propio código de conducta. La humanidad está conformada por un conjunto de civilizaciones independientes y soberanas. Es por eso que las Relaciones Internacionales deben basarse en un dialogo equitativo y respetuoso entre todas las civilizaciones, tomando en cuenta y sopesando las opiniones y posiciones de cada uno de nosotros. Esto último es la esencia del mundo multipolar.
El ascenso de la multipolaridad implica el despertar de las grandes civilizaciones, tanto pasadas como futuras, que hoy se esta produciendo en todas partes. Algunos de los polos del mundo multipolar ya son de facto realidades tangibles, como es el caso de Estados Unidos, Rusia o China.
Se han producido transformaciones políticas bastante claras en Rusia después de un año de la Operación Militar Especial. Dejando de lado las vacilaciones iniciales por parte de nuestro gobierno – avances y retrocesos en el campo de batalla – se ha producido una tendencia constante a cambiar el curso de la guerra y la política interna de nuestro país.
"El 31 de marzo, los patriotas rusos, los eurasianistas y otros defensores de la plena soberanía lograron probablemente la victoria más impresionante y visible de la era postsoviética", argumenta el politólogo Aleksandr Dugin. Se refiere al nuevo concepto de política exterior de Rusia que, en su opinión, refleja la idea de un desarrollo euroasiático de la federación.
Las preguntas alrededor de las cuales gira esta investigación son una descripción muy interesante de las opiniones de los “internautas” o “rusos que usan internet”. ¿Acaso se trata de una población grande? Parece que sí. Desde el punto de vista de la sociología podríamos dividir a los rusos en dos categorías: los “que ven televisión” y los “que usan internet”. Ambos difieren significativamente los unos de los otros.
El tema de la censura no sólo es de gran actualidad para nuestra sociedad (especialmente en las condiciones del SMO), sino que también es filosóficamente fundamental. La cultura occidental contemporánea recurre cada vez con más frecuencia a la censura aunque intente presentar el liberalismo como la abolición de todo criterio de censura. En realidad, ¿qué es la censura sino la forma más radical de censurar cualquier idea, imagen, doctrina, obra o pensamiento que no encaje en el dogma estrecho y cada vez más exclusivista de la "sociedad abierta"?
En Turquía se ha anunciado la fecha de las elecciones presidenciales. Es probable que ésta sea la prueba más dura para Erdogan hasta la fecha e internamente: el fortalecimiento de la oposición neoliberal prooccidental (especialmente el Partido Republicano del Pueblo), una escisión dentro del propio Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), una grave desaceleración económica, la inflación, las secuelas de un monstruoso terremoto. En el frente exterior, la intensificación del conflicto con Estados Unidos y la Unión Europea y el rechazo cada vez más fuerte de las políticas de Erdogan por parte de los dirigentes globalistas de la Casa Blanca.
En febrero de 2023, Aleksander Duguin pronunció una conferencia ante estudiantes de la República Popular de Donetsk en el marco de la serie de conferencias del Consejo Mundial de los Pueblos Rusos.
El maravilloso escritor ruso, líder espiritual del pueblo ruso Aleksander Andreevich Projánov cumple 85 años. Los editores de Katejon y del Instituto Tsargrad le felicitan de todo corazón y le desean que siga en pie hasta el final por nuestra Causa Rusa.
«Hoy se está decidiendo el destino de la humanidad. La arquitectura unipolar del mundo está dando paso a un nuevo modelo alternativo de orden mundial. Se le conoce comúnmente como "multipolaridad". El reconocimiento de un orden mundial multipolar se establece explícitamente en documentos oficiales y declaraciones estratégicas de países como China, Rusia, Irán, Siria, Corea del Norte, Vietnam, Cuba, Venezuela, Nicaragua. India, así como muchos países islámicos (Pakistán, Turquía, Egipto y, más recientemente, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos) se inclinan cada vez más a hacer lo mismo. La multipolaridad es apoyada con entusiasmo por la mayoría de los países de América Latina y África.
La narrativa es una categoría filosófica que debemos tener en cuenta, pues es una de las ideas más importantes de la filosofía postmoderna. Esta idea proviene de la lingüística estructural, es decir, del estructuralismo formulado por el lingüista Ferdinand de Saussure quien diferenciaba entre el discurso y el lenguaje. Esta división sigue vigente aún hoy. Por lo tanto, ¿qué es el lenguaje? El lenguaje es un ente basado en reglas. Nosotros no hablamos el lenguaje, sino que lo usamos. Además, el lenguaje no existe por sí mismo, sino que se encuentra consignado en los diccionarios y libros, siendo el paradigma de las narrativas y discursos que hacen parte de nuestro diario vivir que se encarna en la comunicación, el vocabulario, la sintaxis y las leyes gramaticales. Las narrativas que existen dentro del lenguaje son infinitas, pero el lenguaje es un todo único.
En los últimos tiempos, el delicado equilibrio en el campo de la oposición política e ideológica ha empezado a verse alterado por una creciente polémica entre "etnocentristas" y "euroasiáticos", "rojos" y "blancos", etc. Por un lado, esta polémica ha aclarado los principios doctrinales de diversas tendencias, movimientos y partidos que antes eran demasiado vagos y sólo se formulaban de forma inconsciente. Este es un aspecto positivo. Por otra parte, este proceso es un signo de la entrada de la oposición en un esquema preparado por el Sistema, es decir, su "convencionalización", domesticación y "castración" en "juegos" parlamentarios y partidistas estériles. Cabe señalar que este proceso de eliminación de la oposición no mediante la represión, sino mediante la domesticación, la corrupción gradual y la "esterilización" ha sido brillantemente elaborado en el Occidente globalista. En palabras de Jean Thiriart: "Hay dos maneras de destruir una ideología revolucionaria (particularmente el comunismo): la burocracia y el parlamentarismo".
En los últimos tiempos, el delicado equilibrio perceptible en el campo de la oposición política e ideológica en Rusia ha comenzado a verse perturbado por una creciente polémica entre «etnocentristas» y «eurasiáticos», «rojos» y «blancos», etc.
Tanto las autoridades como la sociedad están intentando adaptarse a la situación actual producida por la guerra. Quizás lo más significativo de todo lo que ha sucedido es que Occidente ha terminado por excluirnos y nos otros hemos hecho lo mismo. Sin embargo, hemos pasado por esta misma situación muchas veces, aunque eso no niega el hecho de que nuestra forma de vida actual se vea sometida a muchos cambios.
El tema de la censura no sólo es de gran actualidad para nuestra sociedad (especialmente en las condiciones del SMO), sino que también es filosóficamente fundamental. La cultura occidental contemporánea recurre cada vez con más frecuencia a la censura aunque intente presentar el liberalismo como la abolición de todo criterio de censura.
Occidente ha fomentado la "nazificación" en Ucrania para enfrentar a su pueblo contra Rusia, declaró el filósofo político y escritor ruso Alexánder Duguin en una entrevista exclusiva con RT emitida el sábado.
A veces nos resulta incomprensible la razón por la cual inicio la operación militar especial el 24 de febrero del 2022. No obstante, todo iba encaminado a que tal operación sucediera tarde o temprano debido a la llegada al poder de Vladimir Vladimirovich Putin en 1999. Ahora hemos llegado a la guerra y muchos se niegan todavía a creer lo que sucede ante sus ojos: Rusia por fin ha decidido dejar de lado sus ilusiones de integrarse al sistema mundial, es decir, a Occidente, en favor de defender su soberanía. Como ambas opciones son mutuamente excluyentes, tarde o temprano esto tenía que pasar.
A veces resulta necesario llamar a las cosas por su nombre, pues lo que no se dice o expresa ambiguamente termina provocando malentendidos y oscuridades que diluyen y disipan la verdad. Las palabras y discursos dejan de tener sentido una vez que nos alejamos de los acontecimientos del presente. Al fin y al cabo, nadie cree que las cosas se resuelvan con el colapso de la realidad tal y como la vivimos hoy. No obstante, estamos llegando al momento en que todo comenzará a clarificarse: el ataque terrorista al puente de Crimea es otra línea roja que se ha cruzado. Las únicas alternativas que nos quedan son aceptar la verdad – por muy difícil que esta sea – y seguir el camino de la salvación y la Victoria o… Bueno, sin ánimo de asustar a nadie, creo que todos aquí son lo suficientemente maduros y conscientes para saber lo que sucederá en caso contrario.
En diciembre de 2022, la Sala Estatal de Conciertos A. M. Katz de Novosibirsk acogió el Primer Foro Siberiano de la WRNS con la participación de los jefes del Gobierno de la región de Novosibirsk y de la Metrópolis de Novosibirsk de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Entre los oradores del acto se encontraba el filósofo más famoso de la Rusia moderna, Aleksandr Duguin, con quien el corresponsal de Leaders Today, Alexander Zonov, habló un poco más tarde en Moscú.
Los dirigentes de Rusia y China critican directamente la hegemonía de Occidente. Conviene recordar que Antonio Gramsci, que construyó la teoría moderna de la hegemonía, entendía por "hegemonía" no tanto la dictadura política directa de unos países sobre otros como la creación de una red controlada desde el centro de la hegemonía y que impregna todas las sociedades, saltándose fácilmente las fronteras y las restricciones. Esta red se crea sobre todo en el ámbito de la cultura, la ciencia, la educación y la información, es decir, se apodera en primer lugar de la sociedad civil. La introducción de un modelo económico único (el capitalismo) en las sociedades controladas por los hegemones es también un elemento esencial de la hegemonía, pero lo principal es la captura del código cultural y de la educación.
Hemos llegado a un punto en que es posible imaginar cuáles serán los posibles escenarios futuros tanto para Rusia como para el resto mundo. Después de todo, la guerra en Ucrania se está convirtiendo en el preludio de una Tercera Guerra Mundial. Por supuesto, sabemos muy bien que todo esquema simplifica la realidad, pero recurriendo a ellos somos capaces de darle sentido a la realidad y ponderar los posibles resultados de lo que sucederá. Vamos a explorar tres escenarios objetivos y un cuarto subjetivo. Por lo tanto, existe una cierta asimetría entre todos estos escenarios y la forma en que los expondremos. La lógica opera intentando crear cadenas causales que producen efectos y se convierten en hechos verificables, mientras que las ideas subjetivas no son más que visiones restringidas a ciertos grupos o actores que toman decisiones intentando influir en los acontecimientos.
Rusia se encuentra hoy en una situación intermedia: el mundo antiguo no acaba de morir y el nuevo aun no ha nacido o, mejor dicho, ha comenzado a nacer pero no ha asumido su forma final. Este problema es sin duda fundamental, pues de ello depende el rumbo que Rusia siga en un futuro con respecto a los procesos que están sucediendo en todo el mundo y la actitud que debemos asumir frente a Occidente.